martes, 29 de julio de 2014

Quizás me haya metido con personas a las que realmente quiero olvidar, no criticar, pero ello ha sido debido a que antes estas personas, por su conducta errónea, me han zaherido a mí. Si he causado molestias, ruego me perdonen aunque he sido moderado en la crítica. He estado confuso unos días en que todo lo consideraba negativo y feo.
Larra atacó todos los vicios nacionales españoles sin dar ni un nombre. La situación de ignorancia, precipitación en hacer las cosas y la baja moral de los españoles de su tiempo están reflejados en sus artículos. Ya sabemos cómo acabó Larra. Pudo influir en su espíritu esta España que no le gustaba además de sus problemas personales. Lo que se ve mal, es justo criticarlo razonadamente sin llegar al odio. La crítica parece que alivia, que descarga primeramente el corazón del que sufre una injusticia o un desmán ajeno. Sin que nos llegue a afectar en nuestra vida hasta hacerla irrespirable es lógico desahogarnos sin ser muy duros en el análisis pero si algo nos duele hay que darle expresión a esa dolencia.

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