miércoles, 2 de abril de 2014

Lo que si he notado últimamente es que ya no tengo una sensación de inutilidad continua en mi mente, ya no tengo una vena depresiva en mi espíritu. Esta mejora en mi salud mental ha coincidido con entrar en las clases de una profesora muy buena que me ha motivado mucho. No sé si será la causa pero a raíz de ello, me he puesto a leer en serio, a aprovechar las horas y por ende, a sentir que mi tiempo no estaba perdido. He dejado, después de una semana aplicando esta filosofía de vida, de pensar tantos pensamientos negativos sobre mi vida, de preguntarme sobre el objeto de la misma y he empezado a disfrutar de ella y de la lectura y de mis aficiones y de otras cosas con otra mentalidad. Ha sido bonito ver cómo me he desprendido de una capa fina de melancolía que me envolvía siempre a dejarla atrás y mi cabeza se ha visto más libre de pensamientos negros mientras me ordenaba mis costumbres de forma eficaz y valedera.

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