lunes, 16 de diciembre de 2013

Escribir varias historias a la vez es algo complicado pues pongo mi imaginación al servicio de muchas circunstancias argumentales que suceden a los personajes. 
Eso trae que mi mente esté pensando: ¿qué le puede ocurrir al pintor que he creado o al maestro que dibujé en los primeros párrafos de la historia?
Luego pienso: ¿es convincente esto que escribo?¿mantiene la tensión narrativa este suceso que me he inventado? ¿se difumina el personaje en este diálogo que he compuesto?
Y voy pensando por la calle tal o cual cosa hasta que un día me dé contra una farola.
Sólo tengo un amigo con el que hablar de estas cosas pero está muy ocupado con otras cosas y ha dejado un poco la literatura de lado.
Entonces sólo yo me las compongo con el inmenso acontecer de mis personajes y sólo yo yerro y enmiendo si puedo y sólo yo triunfaré a lo mejor algún día, si esto me es dado por mis méritos.

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