lunes, 10 de diciembre de 2012

Parece que esto de los medicamentos se va solucionando pero hasta que no los tenga en el botiquín no me fío. Por el camino que va desde que me dicen que no me recetan medicamentos hasta que hemos dado con la plausible explicación de tal negativa, mi acompañante y yo hemos pasado la mañana primero preguntando por el jefe de sección del centro que no estaba. Me han apuntado en  un papel con mi teléfono y me dicen que me llamará ese señor y no me ha llamado. Luego hemos preguntado por el teléfono de la inspección médica. he llamado pero me dicen que me ponga en contacto con mi mutua de funcionarios, muface. Hemos llamado a tres teléfonos de esa mutua y no nos ha contestado ninguno. Luego, hemos ido a dos clínicas privadas por si yo me tenía que cambiar para ver si tenían mi especialidad. En la primera clínica, la chica no se enteraba ni de lo que era muface ni de lo que era la seguridad social. En la segunda clínica, había una mujer muy eficiente que nos lo ha explicado todo y ha dicho que si ese médico se niega a firmar rectas es por una orden de un superior y que se trata de una cuestión económico pues un medicamento de los que me firma es bastante bastante caro. Mi hermano y yo ya estábamos racionando los medicamentos y yo llevo unos días que duermo muy mal y tengo los ojos irritados. Gracias a mi novia he llevado esto con alegría y buen humor aunque nos iban diciendo en todos los sitios que no había nada que hacer o nos contestaban con idioteces que te cagas. Para premiar la tenacidad de mi novia la he invitado a comer y luego nos hemos ido cada uno a su casa a echar una siestecita pues hemos madrugado un poco. Cuál será mi sorpresa que a  eso de las tres y cuarto llama la médica y me dice que sí me firma las recetas pero que tengo que ir aun sitio de Madrid de la Muface para que me las sellen o no sé qué. Bueno, la conclusión que saco es que qué bueno es estar acompañado, no hacer caso a las gilipolleces que te dicen los tontos o desinformados o los malintencionados y seguir erre que erre de menos a más (del más bajo al más alto). Tampoco puedes hacer caso a los de tu casa porque oyen campanas y no saben donde o en mi caso simplemente porque hay miembros de mi familia gilipollas supinos. 

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