lunes, 31 de diciembre de 2012

En el último día del año parece que me dan prisas para hacer lo que no he hecho en el año entero. Quiero reorganizar mi vida de modo que esté más completa, más llena de actividades mi tiempo y sin embargo no dejo de pensar que esta forma de pensar es muy egoísta y pienso en tener un niño. Pienso repetidamente en mi egoísmo y en tener un niño que quizás no tenga nunca. En mi casa tengo de todo para procurar mi felicidad: libros, internet, comida, café, etc pero creo que no seré feliz al cabo de un tiempo si no tengo un niño. Estas dos ideas son recurrentes. Si yo me he juntado con Eva, casi veo obligatorio tener un hijo con ella y tengo que reprimir esa idea y luego paso a pensar en mi hedonismo al disfrutar de mi dinero para mí solo. Quizás el modo de resolver esta disyuntiva de quedarme sin hijo es donar dinero para causas dignas como los pobres o los refugiados pero creo que es un pobre consuelo. Otra idea es escribir una novela y publicarla. Pero todo favorece a mi ego sin ver la posible regeneración de mi persona en un hijo.
Desde luego que Eva no piensa en tener un hijo, es algo que descarta siempre. Quizás ni lo hemos hablado seriamente. Una vez que lo hicimos, ella se puso a llorar porque no quería tenerlo.
Bueno, este debate se irá solucionando con el tiempo.
Es verdad que necesito hacerme con un horario de trabajo, llamémoslo así.

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