domingo, 2 de febrero de 2020

Cuando se pasa mal, luego se disfruta mucho pasándolo bien, como yo lo he pasado estos días en los que ya no me tenía que preocupar de Paco. Paco ha tenido unas ideaciones raras de Satanás y el diablo y Cristos por aquí y Cristos por allá pero se le ha ido pasando. El peor día fue el viernes de la otra semana en que me acosó fuertemente y me echó la culpa de todos sus males, recordándome a mi exnovia, recordándome ciertos agravios que según él yo le hice. Tuve que firmar unos cuantos papeles encabezados por la entradilla de "pido perdón".
Luego se ha ido centrando hasta recobrar la querida cordura de cabeza y corazón.
Y yo he disfrutado estos días de liberación como un enano, con una sensación de paz y tranquilidad pasmosas.
Ya vendrá algún gilipollas a enturbiar la paz en que vivo.
Todavía quedan flecos sueltos que resolver por culpa de los engendros pero bueno, se resolverán.

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