martes, 18 de septiembre de 2018

Este gobierno socialista y Frankstein no se sabe las leyes. Sus ministras estaban bien barriendo sus casas en vez de tratar de retorcer las leyes para joder al obrero. La vicepresidenta se podría olvidar de Franco, de la iglesia y del lenguaje que dice que maltrata  a las mujeres. Todas estas ministrillas no tienen ni un pase. No dicen más que sandeces. Y el presidente, que echó a Rajoy con la promesa de una regeneración, una transparencia y un nuevo modo de hacer política, nos sale con una tesis... Bueno, ya se ha dicho mucho de la tesis, pero puede que no sea ni siquiera suya. Pero lo peor es ese perder las formas en el Parlamento, señalando con el índice a la oposición y diciendo mentiras. Bueno, todo un espectáculo asquerosito. Y ahora, lo de los aforamientos en 60 días. Ya le han dicho, desde el periódico que le ríe las gracias, El País, que por qué ha usado la Constitución para tapar sus errores. Y los de Podemos, como siempre, que haya mucha fiesta: un referéndum, hala, con algo de picar.
Yo alucino pero no veo que salga nada bueno de este estado de cosas que va de ocurrencia en ocurrencia para que se quemen los días inútilmente. Si yo fuera la oposición, me pensaba una moción de censura porque ya lo dijo Cristo: el que a hierro mata, a hierro muere. Pero no se la pondrán porque son así de débiles y estúpidos, como no se la pusieron al ínclito Zp de los demonios. Porque son todos uno.

La izquierda en este país tiene un poder inmenso sobre la masa cretinizada, que la ve bien. Pero demos un poco de tiempo a esta izquierda y ya veremos quién es el imbécil que la apoye. Después de lo que hizo Zp, todavía oí a algunos que lo había hecho muy bien. Fanatismo, no veo otro modo de llamarlo.

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