martes, 29 de septiembre de 2020

 Paco estuvo intentando durante tres días arreglar el sifón del retrete. Fue y vino de las ferreterías que hay en la ciudad un montón de veces. Luego, compramos un sifón en Leroy Merlin que tampoco funcionó pues se salía el agua por todos los sitios. Decidimos que hacía falta un nuevo retrete y fuimos a Leroy Merlin pero esta vez al de Las Rozas. Mi cuñado, cuando compramos las puertas de mi casa, fue allí, al del otro pueblo. Por algo sería. A lo mejor funcionaba mejor que el de Majadahonda. Cuando llegamos a la sección de baños, nos atendió una señora sudamericana que se hizo un poco de lío con el ordenador al hacernos el contrato y también se lio con la cosa del día de entrega, pero aguantamos allí a que la mujer se desliara y hoy martes han llamado que en veinte minutos está en casa la taza del wáter y el jueves nos la instalan.

A ver si acaba este rollo de la taza del wáter porque nos ha tenido nerviosos unos días probando sifones y viendo que ya no funcionaba ninguno, que el fallo debía de ser del retrete.

Hay cosas de la casa que a veces le ponen a uno en jaque porque no sabe muy bien qué hacer. Espero que todo acabe bien por nuestro bien físico y mental.

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