lunes, 14 de noviembre de 2016

Este es el orden climático que reina en el centro de la península ibérica: llueve un día torrencialmente y se tira luego tres meses sin hacerlo otra vez.
Después de una semana tensa por distintos factores parece que viene una semana tranquila.
Así el Lazarillo que, de pasar hambre con el ciego, pasa hambre con el hidalgo. Son distintas hambres. Una más sencilla y real. Otra más sofisticada. Hambre es al cabo. Yo no me libro de mis tormentos, sean estos producidos por una persona o por otra.
En una novela leída recientemente llamada Lucky Jim, el protagonista, Jim, tiene que aguantar a un montón de gente desagradable para poder irse en paz con una mujer muy agradable.
Jim dice: "yo pierdo el tiempo con ellos y ellos pierden el tiempo conmigo".
Así suelen ser las relaciones humanas: una pérdida de tiempo absurdo, pudiendo estar pisando las aceras de París o de Bagdag.
Y no cogemos nunca ese autobús o tren que nos podría alejar mentalmente y físicamente de todo los que nos ata estúpidamente.
Solo es cuestión de coger más autobuses o más trenes hasta que alcancemos la meta: la soledad tranquila en otro lugar.
Pero no suele haber cojones para eso así que nos rodeamos de la gente cercana de siempre.
La familia y los amigos, ah, la familia y los amigos.

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