miércoles, 4 de septiembre de 2024

 La política de un país es el modo de aplicar unas ideas a ese país sin pensar si son buenas o no. Por lo general, las políticas están mal pensadas porque son muy artificiales, ajenas a la realidad del ciudadano. Las agendas, las leyes que se aplican sobre la sociedad de ese país suelen estar equivocadas, cuajadas de un pensamiento político y no natural. La gente se dirige por lo obvio y la política se rige por un futuro, por unas ideas de un oligopolio de mandatarios que no saben más que crear problemas donde no los hay. Los ciudadanos saben de comer todos los días, del trabajo que desempeñan, de lo que les enseñan a sus hijos en el colegio, de lo que cuesta un coche, etc. Leyes que se han metido en la intimidad del ciudadano han creado malestar e incomprensión. Que si las mujeres, que si los niñes, que si el sí es sí. Todo eso ha confundido a los ciudadanos y no ha traído ningún bien por la terquedad que tienen los políticos de creer que lo que piensan es acertado solo porque lo piensan ellos. Se creen por encima de los ciudadanos y ese es su primer error. Los políticos, a mi modo de ver, deberían solucionar problemas y no intentar diseñar una sociedad a su gusto y conveniencia. Pero pasa con todos los políticos: que si federalismo, que si plurinacional, que si esto y lo otro. Limítese a arreglar problemas ya existentes y no haga de su país un modelo. ¿Modelo de qué? Modelo que crea problemas porque nunca se entiende.

Modelo federal porque a mí me conviene.

¿Y quién eres tú, payaso?





No hay comentarios:

Publicar un comentario