Me he dado una ducha fría y me he cambiado de ropa. El agua fría aviva por momentos la piel, el cerebro y las ganas de vivir, si eso cabe en la ruina de vida que yo llevo encima. Total, que esta tarde no sé muy bien qué hacer. Madrid va a estar atestado de gente que se cuenta lo bien que lo ha pasado en Tailandia o Vietnam. La gente lo que quiere es disfrutar a toda costa a pesar de que el mundo no ofrece muchos motivos para el goce. Otras personas sí que saben agenciarse ese goce de la vida en forma sexual, de contemplación del mundo, de viajes y demás pero los que no sabemos esos métodos contra este valle de lágrimas nos conformamos con asuntos más tristes como es en mi caso apelando a la lectura o a la escritura. Quizás esta tarde me agarre a las solapas de un libro y lo vaya acabando, aunque mis deseos van por el lado de dar un paso tras otro hasta algún sitio. En fin, ya veremos cómo están mis ánimos esta tarde maldita ya y en entredicho.
Mira el rebaño pasar y no es un ejército ni un mar de lana.
Son las ovejas que parecen todas iguales.
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