El jueves tengo que guisar algo que llegue hasta el sábado. Como dijo Víctor Manuel en una entrevista, que él solo cocina eventualmente para amigos porque guisar todos los días es un engorro grande y dijo: en eso estarán todas las amas de casa conmigo. Si una ama de casa tradicional se negara a hacer la comida para padre e hijos, se formaría la de Dios. Eso es lo que se presiente. Pero hoy en día, ese ritmo de comer todos los días en casa se ha roto, yo creo. Y las amas de casa hacen varias comidas, me imagino, los domingos por la tarde noche en que todo está en calma, lo meten en táperes y luego se distribuye esa comida a lo largo de la semana. Hay gente que cocina bien y da mucho gusto y hay gente negada para la cocina. Yo, este jueves, puedo hacer espaguetis o un conejo al ajillo o una caldereta de ternera. No hago migas porque me salen muy mal, pero me gustaría comerlas. Y así va todo. Unos hacen, otros se benefician del producto hecho hasta que les toca hacerlo ellos por la fuerza de la situación. Por ejemplo, te vas a estudiar y compartes piso. Has de hacerte la comida porque es la única que te gusta.
La Mari Carmen no sabe guisar.
Grave cosa es esta.
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