Yo podría escribir en este blog un texto surrealista que nadie entendiera porque lo surrealista viene de los sueños, del inconsciente, de algo muy subjetivo. Pero no lo voy a hacer. Solo sé que lo que escribo, se lee, porque el contador de visitas así lo atestigua. No sé si alguien espera que yo cometa un error o desvele de mi vida algún desliz. No sé si los que me leen están esperando que yo cuente una debilidad tan grande que hubiera que actuar de algún modo. El caso es que este blog me sirve para palpar mis sentimientos, hacer públicas mis ideas, si eso tiene algún interés. Mi vida es aburridísima, mi vida no concita el interés más básico, mi vida es siempre lo mismo. ¿Por qué entonces se lee mi blog? Quizás la vida no vaya pareja con lo que se piensa de ella o lo que esa vida evoca en el que la vive. Una cosa es vivir y otra, escribir. A lo mejor hay en la vida escritores cuya vida da pena y sus escritos sean brillantes, bonitos, interesantes. En fin. Ya he hecho una explicación de lo que es escribir y lo que es vivir. No sé qué será mejor. O quizás escribir se engloba en la vida que todo lo acoge.
Escribes sobre los árboles, las flores y uno que se va a la playa.
Y no eres los árboles, las flores ni uno que se va a la playa.
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