Hay que aprovechar la mañana para hacer cosas (comprar, leer el periódico, pasear o trabajar). La mañana es un gran estandarte que agitar con nuestras actividades. La pena sería que nadie tuviera nada que hacer al levantarse. Eso sería el paraíso o el infierno, no se sabe bien porque todo el mundo, con escasas excepciones, hace cosas matutinas. Todo es difícil en esta vida y uno, al salir de la cama, desearía unas actividades pasivas como que nos cortaran las uñas, nos untasen de aceites esenciales, nos dieran un masaje, etc. Seguro que habrá de estos que disfruten de estas actividades pasivas y viven de lujo. No hay que tenerles envidia pues lo pasaríamos el doble de mal. Lo que hay que hacer es vivir mientras podamos, como dijo un jardinero a otro jardinero. Vivir según hemos diseñado nuestra vida.
El gozo de vivir es aleatorio pero el deber cumplido da moral.
No te asustes de ver la mañana con hosco semblante. Quizás a la tarde cambie.
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