Al principio de "La Celestina", Pármeno, criado de Calisto junto a Sempronio, hace una descripción de la misma explicando sus cosas de hechicera, de coleccionadora de mejunjes para la cara, de alas de murciélago y esas cosas de bruja pero enumera tantas cosas que abruma. Luego hace un divertido juego con las palabras "puta vieja" y termina por decir que dos piedras, al chocar, dicen "puta vieja" cuando pasa la Celestina. Pármeno ha servido, cuando niño, a la Celestina y sabe qué hace esta mujer en la ciudad: compra voluntades con sus hechicerías y abalorios y untes. Luego viene una conversación justamente entre Pármeno y ella. Ella le anima a hacerse amigo de Sempronio y disfrutarán los dos de las putas que ella cuida en su casa. A Pármeno le gusta una de ellas y va cediendo aunque todavía tiene dudas de advertir a Calisto de que no se fie de la vieja. Calisto le da a la vieja 100 monedas de oro y ya está sembrada la codicia en unos y otros.
No te fíes de gente de dudosa moralidad
porque te irá mal con ellos.
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