martes, 7 de mayo de 2024

A algunos debe de gustarles estas cosas que escribo aquí. Yo no escribo para nadie sino para crear unos textos que me aclaren un poco el sentido de la vida, para desahogarme de cosas que tengo dentro de mí y las quiero soltar a ver si me calmo. Hay personas que inducen a pensar cosas malas, que se te quedan dentro y así, lo suelto. Mis rezos han tenido una contestación amable. Las cuerdas vocales de los angustiados músicos vibraban y brillaban en la matutina plaza. No hay que lamentar daños. Veo un muro blanco en el recuerdo, unos días de apretujamiento, de insidiosa mala suerte. Pero todo ha venido a bien. Recuerdo los días de instituto, recuerdo los días de escribir novelas por las tardes, recuerdo los días de ir a ver a mi hermano en el hospital. Recuerdo. Ya no es navidad. Estoy gordo. Debo andar. Seamos felices como un rayo y un trueno es feliz al descargarse de las nubes.

Las flores del jardín se metían sin querer en un diminuto bolsillo

para hacer creer que la vida es tan efímera como un tarde.

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