jueves, 6 de junio de 2013

Desde el acantilado, el mar parecía una sábana azul, lisa y conforme a tenderse en ella.

Mario iba a pescar.

Había bañistas tomando el sol en tumbonas. La mañana parecía de seda azul como la bata de una chica guapísima que saliera al balcón a  saludarnos.

Poco a poco, el sol se fue alzando como un trofeo para todos los que estábamos allí.

Las vacaciones no podían ser mejores. Habíamos hecho amigos y la temperatura no podía ser mejor.

Madre compró empanadas en el mercado.

Pero Luisa se rompió la pierna de la manera más tonta.

No hay comentarios:

Publicar un comentario