domingo, 21 de abril de 2013

Se levantó tarde ese domingo, se duchó y se afeitó. Empezó a encontrarse muy bien, se notaba tranquilo pero sin euforia ni tristeza, muy tranquilo, muy sereno.
Bajó a comprarse el periódico y miró la lotería. Echó un vistazo a las noticias en plena calle.
Cuando se hizo la hora, subió a casa de sus padres. Le esperaban ya y se sentó toda la familia a comer. No tenía temores. Su corazón estaba dulce como una fresa y notó que por dentro era como de aire, un aire quieto.
Tomó café y comió un pastel. Las conversaciones ni le iban ni le venían, apenas habló. Notó, deleitándose, que la vida fluía en torno a él sin ningún esfuerzo, que el tiempo pasaba sin una mala idea en la cabeza, que su serenidad abarcaba todo lo que veía. Nada le era molesto, nada agresivo, nada turbador.
Se fue a su casa donde se tumbó y dejó la mente en blanco. Fue muy fácil esta vez. Meditó tranquilamente que este era el momento vital más deseado en mucho tempo. Luego puso música de la radio y no deseó estar en ningún otro sitio que en aquella habitación que acogía la penumbra y le acogía a él como a un hombre feliz. No deseaba nada, no le preocupaba nada. Había algo de mágico en todo ello pero no sabría decir la causa de aquel estado tan armonioso.
Cuando llegaron las cinco y media esperó a Eva y se fue con ella a El Escorial. Caminaron por el campo y se sentaron a tomar una café y unos churros. Entonces, aparecieron Toni y Lidia, que estaban de novios. Eran conocidos suyos de la asociación y Lidia enseguida les invitó a pasar el día dos de mayo en El Escorial y cenar en su piso. Se puso contento de verlos. Charlaron y pasearon pero hacía frío y él y Eva regresaron en coche. Pararon en el pantano de Valmayor a echar fotos y pasear. El se hizo un sandwich en casa y después fue al Kentuky. Charló con Jose y con un divorciado. Al venir leyó un poco en la cama y tardó en dormirse. No tomó pastillas.
Por la mañana fue al gimnasio. Se encontró con Paco, su hermano gemelo y fueron a comer. Luego fue al Niza, donde habló con el agente inmobiliario de cucarachas y de trabajos del campo.
Al venir del Niza, se puso con la novela y rellenó dos páginas, se comió una naranja y miró los álamos con hojas. Estaba tranquilo, los nervios de la semana pasada ya estaban atrás.
Luego fue al Niza y comió algo. Esperó a su hermano gemelo, charlaron y se acostó.
Por la mañana, el martes, fue al gimnasio. Luego, en casa, se hizo una cuenta en un banco on line (ING) de 10 euros. Llamó a Eva para que le imprimiese el contrato de su novela, cosa que esta hizo. Comió cocido en casa de sus padres y fregó. Tomó café y se puso con la novela. Se encontraba feliz. Lo malo había pasado ya, los días de nervios, de angustia y no saber muy bien qué le pasaba. El sol era amable y primaveral, no agresivo como la semana pasada. Todo invitaba al disfrute y a pasar el rato lo mejor posible.
Escribió dos páginas y luego quedó con Eva a la que invitó a una sepia en la taberna marinera por el trabajo que le había hecho. La acompañó a casa y luego se fue a la suya. Esperó a Paco y se acostó.
El miércoles se levantó y fue a la facultad. En secretaría le dijeron que tenía que rellenar una solicitud. Luego fue con ella a registro pero estaba cerrado. Lo entregó en secretaría de Filosofía. Vino pensando que la universidad está fatal y España también. Comió alcachofas con jamón y pollo. Fue al Niza y se puso después con la novela. Rellenó cinco páginas y lo pasó bien escribiendo. Luego fue a ING, en la avenida España y le tocó un hombre mayor que le puso dificultades pero al final consiguió los datos para el contrato de la novela. Hizo un fotocopia y quedó con Eva para entregársela. Fue al Kentuky e invitó a Becerra, a Charlie y a Patricia a una copa. Se vino con su hermano a acostar.
El jueves preparó verdura congelada y boquerones fritos para comer. Por la tarde fue con Paco a la asociación. Al volver quedó con Eva, con la que fue a tomar café en Castilla y luego pasearon hasta el Kentuky. Al venir, hacía frío. Se acostó. Acabó el libro del Imperio español.
El viernes se levantó tarde y fue a por las pastillas a la farmacia pero se olvidó de la receta y tuvo que volver a casa. Al volver de la farmacia, compró medio pollo. En casa, preparó el pollo a fuego medio y le aliñó con ajos, perejil y guindilla. Cuando vino su hermano, le mandó a por vino y pan y luego asó la verdura a la parrilla y comieron. Fue al Niza y charló con Alfonso y Garci y en casa, se puso a escribir esto.
Desde al jueves está el cielo nublado pero no llueve. Se siente bien, ya no anda nervioso y había decidido no ir a Madrid como los viernes de atrás. Pensó en ir a ver a Angel el taxista a Villanueva de la Cañada pero al final no fue.
Ya no recuerda nada hasta el puente, que empezó el miércoles que se quedó solo pues su hermano Paco se fue al pueblo. Estuvo todo el día con Eva y comió con ella una paella en la taberna marinera. Por la tarde, quedaron con Jesús y Luz, una pareja de unos cincuenta años con los que tomaron un café. Después fueron a hacer lo de la publicación del libro en el ordenador y se acostaron. Fue al kentuky, donde vio a Becerra y a una chica de Badajoz.
El jueves decidieron Eva y él irse a Segovia, donde compró unos judiones y pasearon. Comieron en el azoguejo. Llegaron a Majadahonda a las seis, vinieron por Navacerrada. Vio a dos de su pueblo, a Carlangas y su mujer y a Luis el ciclista, "conejo".
El viernes recuerda que comió en el restaurante hindú: verdura con champiñones muy rico y cordero con salsa, más feo. Se tumbó a oír la radio y más tarde, ya de noche, recuerda que quiso dejar de fumar y lo decidió en el kentuky.
El sábado se levantó y no fumó. Fue con el hermano al Niza y charlaron con Antonio, el de la mochila. Por la tarde fue en bus a la asociación donde hubo un karaoke y recuerda que pidió un cigarro a Toni, que había dejado a Lidia. Quedó con Eva en "el jamoncito" y luego fueron a la asociación, en la plaza, donde tomaron algo. Luego se vinieron andando a Majadahonda.
El domingo procuró no fumar mucho y estuvo llevando cajas después de comer al trastero para que pintaran la casa el lunes. Por la tarde, tenía tal galvana que se sentó en unos bancos de al lado del mercadona con Eva. No fumó. Se preparó en casa unos huevos fritos y a Eva una tortilla de atún. Estuvo todo el domingo desubicado, preguntándose toda la tarde por el horario, por tener un horario.
El lunes se despertó y fue a casa de sus padres y se puso a escribir en el cuaderno cosas positivas, de mucho ánimo. Comió unas patatas con cabeza de congrio muy ricas y se fue al Niza. Estuvo por la tarde con la novela y rellenó tres folios. Paseó hasta Las Rozas. Merendó una ensaladilla en el Niza.
El martes fue al gimnasio y estuvo corriendo en la cinta 30 minutos. Se pesó (86). Fue a comer lentejas muy ricas. Fue al Niza pero no apareció Alfonso. Se fue a la novela pero no rellenó ni dos folios cuando fregó la casa y se fue a comprar tres cigarrillos sueltos. Fue a la asociación. Vio la peli "Intocable" que es muy buena y comió un kebab. Estaba de excelente humor. Ese día se apuntó al psicólogo del "Hispano peruano" y le dio cita para el 22 de mayo.
Habló en la asociación con Robi sobre dejar de fumar. Cuando se fue a acostar empezó a pensar en Elenita y David y no se pudo dormir. Fumó dos cigarrillos y bebió una coca cola. La almohada le molestaba y pensó en comprarse otra almohada el miércoles.
El miércoles se levantó porque le llamó su padre al móvil: que fuera a casa. Fue y estuvo esperando a que le turnara Paco. Se fumó dos cigarrillos mientras escribía esto.

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