miércoles, 3 de abril de 2024

 La felicidad no es solo un cuerpo tendido al sol en una mañana temprana de verano. La felicidad se hace entre los hilos del corazón. La felicidad es algo sutil y ágil como la carrera de una gacela libre y salvaje. Cada latido pronuncia tu nombre, hora descansada de la tarde, y pronto, como un niño que sale de la escuela, dice el amor que tienes a la vida. Ese tren que cruza Castilla de madrugada lleva consigo todo el amor que quedó en el pueblo, ya un ser dormido y oscuro en su eterna soledad de sol cansado. Las golondrinas vendrán cual animales seguros en la vida, a pasar el verano. Los días se repetirán como lejanos ecos de un viaje a ninguna parte, como los soles que se repiten, como las mañanas, como las vides agarradas al suelo.

La mala tierra que tanto amé, España diminuta,

ya está ahí, dándose garrotazos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario