miércoles, 30 de enero de 2019

Esta semana anterior ha sido especialmente aburrida: mucho viento, que me impedía el paseo diario, amago de lluvia con nubes muy negras y además, el destino de mi paseo, la calle Real, estaba en obras y no se podía casi transitar por ella a gusto. Después, no llovía, pero la amenaza de que lo hiciera, me mantenía en casa o por la ciudad. Ese lunes de la semana pasada era el blue monday, día que han dado en llamar el más triste del año y en mi caso sí ha sido triste, he estado como desorientado y confuso, sin saber muy bien qué hacer. 
Esta semana parece que ha empezado con mejor pie. He visto a mi amigo Antonio y he hablado del Quijote con él y de otros temas curiosos y ha estado muy bien la comida con él y me he desplazado a Madrid, viaje corto, pero que anima un poco la imaginación.
Me planteo cómo sería la novela que marcaría un hito en el presente, como lo hizo "Cien años de soledad" o como lo hicieron algunas novelas antiguas, como el Quijote, Gargantúa, Ana Karenina, etc. ¿Cómo sería la novela del siglo XXI? ¿O ya este género no da más de sí y no habrá más novelas reveladoras del mundo de forma escrita?
Creo que una novela superior daría cuenta de la complejidad del mundo en que nos movemos en unas mil páginas, abarcando la cultura de dos siglos o de los siglos anteriores, como lo hizo el Quijote, que recoge toda la sabiduría de la vida humana.
Habría que tener una información soberbia y saberla plasmar en una novela, una novela-mundo, como es la de Gabriel García Márquez o la de Tolstoi o la de Cervantes.
Pero la gente se mueve por best sellers y no sé si valoraría una novela de este tipo, aunque la popularidad de novelas como las anteriormente nombradas es muy grande, no sé si tan leídas.
El caso es que tenía que aparecer una mente brillante como la de Cervantes o Márquez y explicarnos en una novela de carácter cerrado y autónomo todo un mundo y eso es una tarea que pueden hacer pocos. Pocos autores son capaces de meter en un escrito todos los aspectos de la vida humana.
La vida humana ha cambiado mucho en poco tiempo. Los móviles, la realidad virtual, etc. han hecho que la vida sea vivida de otra manera distinta y con los cambios vertiginosos que se nos vienen encima, la vida humana quizás ya no tenga nada que ver con la que hemos vivido los que hemos estado a caballo entre dos siglos.
Puede que la novela sucumba en ese cambio y ya no haya novelas en el mundo o escritores que puedan hacer uso de ese género para meter en él el mundo entero.
Puede que se pierda la costumbre de pasar hojas y leer y ya no se lea más que los birriosos textos del móvil por aquello de las prisas y el mundo rápido en el que vivimos.
Puede que la literatura como yo la he conocido acabe de una vez y ya no haya escritos cultos y bien pensados sino que habrá textos sencillitos y simples para mentes similares que no sabrán leer una subordinada sin perderse en el texto. Es una lástima.
He leído que los aspirantes a profesores de lengua de una oposición no sabían escribir correctamente en su propia lengua. Así, ¿cómo va a avanzar la lengua, depositaria de la literatura? La lengua que hablamos cada vez es más simple, más contaminada de anglicismos y cada vez más incomprensible en sus textos inmemoriales y característicos. Casi nadie sabe ya un vocabulario amplio, casi nadie ya sabe cómo se forman las oraciones complejas, casi nadie sabe ni escribe en su lengua, nada más escribe que wasaps. Una pena.

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