lunes, 3 de julio de 2017

He estado este fin de semana en el pueblo. Fuimos a ver a Segovia a una amiga de mi madre en el barrio del Carmen, al lado del tanatorio. Paco y yo anduvimos por el barrio, un barrio muy tranquilo, de calle largas. Vimos un cartel muy pequeño que debería ser más grande que decía: "la droga no te hace libre; la lucha, sí", de un partido de izquierdas castellano. En Castilla no hay movimiento político, la gente es muy reaccionaria o simplemente apática. Cuando he venido a Majadahonda, he oído a un vecino la expresión "caciquear" en el sentido de meterse en todas partes por el interés. No hay más que caciques en los ayuntamientos, copiamos de los selváticos andinos la forma de gobierno. Ayer, en el pueblo, oí a un hombre que viene de Mondragón decir que no se crean puestos productivos, nada más que funcionarios. No hay industria en España, en los dos sentidos de la palabra. No hay más que ladronicio, cargos interesados, corrupción, paro y reformas. Vivimos en el país de las reformas, como se vivió en el de la regeneración. No hubo nada. No va a haber nada. España está abocada a tener enemigos dentro de sus propias fronteras. Es una lástima, pero creo que decía Voltaire que es el país más fuerte pues resiste a los propios españoles.
Ojalá haya un día que España parezca un país de verdad.

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