domingo, 12 de julio de 2015

Vengo ahora del pueblo. Allí hacía menos calor. He estado leyendo "Yo el supremo" de Roa Bastos. Creo que es una reflexión sobre la historia y la manera de contarla, también sobre la literatura. Me metía debajo de los soportales del ayuntamiento, allí a la sombra y leía, si no venían visitas. Es lectura difícil, con palabras cultas y todo eso pero está bien, le voy cogiendo el hilo. Me di una vuelta por Segovia, estuve con mis primos y anduve un poco por los bares, a tomar café. Hablé bajo los soportales con Saturnino, un hombre nacido en Villacastín con bastante buen caletre y muy pensador el hombre. Es un hombre que ama el progreso y por eso, en España está desencantado, le pasa como a mí. Deducimos que el botellón no trae progreso alguno a nuestro país. Me contó una anécdota escolar: el maestro le preguntó a los 7 años que qué animal es el más salvaje de los que habitan la Tierra. El pequeño Saturnino contestó que el hombre, demostrando que un pequeño filósofo anidaba en su alma. El maestro le dio un bofetón. A los 20 años, el joven Saturnino pidió explicaciones al maestro que nunca le pidió disculpas por responder violentamente a respuesta tan acertada a mi modo de ver. El maestro le dio largas. Saturnino viene de Saturno o Vulcano y viene a decir que tienes un carácter un poco pesimista u oscuro. Quizás se deba ese carácter a las tristes circunstancias que se vivieron antaño, cuando en las escuelas no te dejaban pensar adecuadamente. Creo que en las escuelas de ahora, aunque se pueda pensar libremente, también se berrea demasiado. En fin, en España es muy difícil llegar al término medio, se ve que nos cuesta mucho.

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