miércoles, 4 de octubre de 2017

Yo veo gente por la calle y los veo todos un poco igual. Como dice una canción de Serrat, "aburridos, desconocidos y poco atrevidos donde los hubiera". E intentan ser felices como yo, cada uno con sus argucias y sus maneras de conducirse por la vida. Hitler era uno de estos señores que iban por la calle. Había escrito teatro o no sé qué y luego escribió "Mein Kampf" y era activista y le metieron en la cárcel. Hasta ahí todo normal. Luego llegó la anormalidad de que siguieran sus pasos, sus ideas y sus actos verbales que iban desde la amenaza hasta la provocación pasando por actos más brutales como el asesinato y el holocausto. Y todo fue en nombre del nacionalismo alemán.
Y ahora vienen otros nacionalismos como el catalán, que también se hacen la víctima como hizo Hitler hasta que consiguió que masas le siguieran por un camino de destrucción, de crímenes y de ataque global al mundo entero. El nacionalismo catalán dice que los actos violentos que tuvieron lugar el domingo "no tienen precedentes". Sí los tienen y muchísimo más graves: a Companys y a su intento de secesión me parece que le siguieron 45 muertos y 3000 presos. ¿Por qué mienten? Porque les interesa el papel de víctimas como le interesó a Hitler hasta que le llegó el papel de verdugo.
Lo que haría Cataluña si se independizase, sería conseguir un ejército (ya han hablado de la necesidad de ello), anexionarse Valencia y todos los "países catalanes". Así funciona el nacionalismo en el siglo XX y supongo que en el XXI. Por eso es importante pararles los pies antes de que este nacionalismo siga la senda de nacionalismos que ya vimos lo que dieron de sí. No hay persona que no vea en Puigdemont, Junqueras y la CUP más que unos fanáticos nacionalistas que están engañando a la gente en nombre de no sé qué país catalán que nunca ha existido ni creo que existirá. Ya se han cargado la Constitución, ya han celebrado el referéndum del sí, ya han tenido su rato de mártires que tan bien les venía y ahora quieren seguir en la senda que les da el poder para crear un país catalán lo más grande posible donde solo se hable catalán, donde ellos puedan escribir la historia de Cataluña que les dé la gana y para eso tienen algo que ya tuvo Hitler: las masas ciegas.
Yo veo todo esto muy mal. No hay políticos de altura. Mas actuó como un filibustero cuando vio las Ramblas llenas de esteladas y dijo para sí: "esta es la mía". Habría que haberle encarcelado después del 9N. No se hizo. Ahora la bulla es más grande, con un partido de psiquiátrico en el poder, con las masas engañadas, con gente asustada en casa que no desea la ruptura con España pero no les han dejado ni abrir la boca. En fin, un desastre. Cataluña ya dio problemas en 1917, la Semana Trágica. Intentó la secesión en un par o tres de ocasiones en las que sí hubo mucha violencia y además muchas muertes pero esta vez han pretendido comer el coco a mucha población que creían que un referéndum unilateral era legal en España. El referéndum es ilegal, no vale, no cabe en la Constitución por la que nos regimos todos los españoles y la declaración de independencia tampoco valdrá porque el Estado siempre sabe defenderse como sea.

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