lunes, 2 de diciembre de 2024

 Es difícil abstraerme y escribir aquí cosas de lunas, gatos y estrellas. Yo escribo de lo que veo por la calle, de gentes sufrientes (aunque lo disimulan) por haber tomado una decisión, por no haberla tomado, por estar enfadado por no tener dinero (pero no ahorran), por no saber (pero no aprovecharon cuando fueron a la escuela), por no ser un niño pijo (pero se visten como tal), porque la vida no les da lo que ellos merecen (pero ya merecieron padres que les dieron de todo), porque no son ricos (pero no ven la riqueza que tienen porque la riqueza que tienen la desprecian), porque son psicópatas ( y en esto no hay solución más que la psicología), porque están enfadados (pero no ven que los demás también tienen derechos). Y así va la vida; unos que podrían ser felices y no lo son; unos que se enfadan porque otros hacen su voluntad de forma lícita. En fin. Nunca es nadie nada para decir a otro lo que debe hacer.

Me detengo un instante. Veo lo que me rodea. Lo trágico. Los egoístas. Los tocados de la cabeza. Los resentidos.

Eso veo y me canso de verlo.

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