En El País, todos los días, hay una pequeña entrevista a una persona que destaca en algo o trabaja en un asunto especial. En El Mundo, todos los días, hay un pequeño reportaje sobre otra persona que también ha destacado por algo. Hay que aprovechar el tiempo presente haciendo cualquier cosa, como escribir un blog, ir de paseo bajo la luz pálida del otoño o hacer de flaneur por las calles a ver qué jipias. La vida consta de unas voluntades que se ajustan a otras voluntades, sean estas tus hijos, tu mujer o tu hermano. Pero de ahí no te escapas. Siempre hay que contar con las otras voluntades aunque sepas que esas voluntades, en un futuro, a lo mejor te complican la vida. No es que ya los niños tengan de todo, es que tiranizan a sus padres con sus exigencias y tabarras y gritos y berrinches. Y cuando crezcan, qué serán, qué especie de persona rara será ya habiendo sido su padre raro y pijo y tirano y perdonavidas. Cuando unos padres dan de todo a sus hijos ya saben lo que están haciendo: un monstruo que puede desequilibrar la paciencia, alterar el orden de la rutina, romper todo tipo de acuerdos entre personas. Pero es como hizo su padre antes con sus padres. Así que no hay que sorprenderse de que eduquen así a sus hijos.
Y dame y dame y dame.
Y si no me das, me lío a gritos.
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