martes, 31 de diciembre de 2024

La poesía le acompañaba como un halcón que subiera al techo del cielo. Desde allí, arrimado a las palabras, lo veía todo de diferente modo, más alto, más acerado el corazón de los demás por verlo desde la altura. No quería ver las miserias, sino ensalzar como podía a aquellos que hicieron algo por él en su día. El halcón ya baja al puño. Y va refiriendo, acompañado de palabras, toda la sabiduría que hay allí, por encima de las nubes. El halcón ha volado a miles de metros de altura, el halcón sabe. Los días pasan sin poder alguno para cambiar las cosas. La noche sucede al día y las cosas siguen igual. El tiempo es gran compañero para ver entre las telarañas de un pasado lo que hay en el presente. Dejemos que corra el tiempo y con él el olvido y quizás el perdón o la comprensión acudan donde deben acudir.

Cada uno tiene su forma de expresarse.

El silencio, a veces es bueno o no, según qué exprese ese silencio.

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