jueves, 19 de diciembre de 2024

 Bajan las cumbres alas de águila para ir mirando la presa desde arriba. Las amenazas son unas cuantas, ultras, radicales, rompedoras de lo tradicional, de lo que siempre hemos comprendido y aceptado. Se agazapan en la resolución de problemas en un instante, quitando y dando y viviendo como Dios. Son esos que hacen y deshacen desde las normas trabucadas, desde lo que es raro de entender. Y han fracasado un poco pero todavía les queda cuerda para estar molestando y opinando, diciendo y amenazando a lo bueno y santo que hay en esta tierra. Pero les queda poco porque en el próximo envite perderán lo poco que tienen. Son un peligro, son los buitres de la mierda, lo peor que hay en la sociedad, lo malo representado en unas bocas mentirosas, aciagas, malditas. Ya pronto no saben qué hacer, ya pronto serán eliminados por esos que creyeron en ellos y no se sabrá ya más de ellos pero sí del daño que hicieron. Morirán, morirán con esa cara de asco continua, con esas exigencias asquerosas, con ese ultraísmo perdedor.

Una lengua enfática ha hablado estos años de atrás.

Ya no volverá a hacerlo porque es mentira el énfasis que había.

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