Tenía yo antes una despreocupación grande por las cosas, por las noticias, por lo que ocurría en el mundo. No estaba yo preocupado por la política exterior ni interior. Me daban igual los políticos y los periódicos y los adláteres. La verdad era que yo iba a lo mío, que en aquellos tiempos era ser escritor. Yo quería ser escritor y describía la cara de un señor de mi pueblo y me creía importante. Describía la plaza de mi pueblo y no me importaba nada más que eso. Pero luego, llegaron las izquierdas y las derechas, que si yo debería ser de izquierdas porque pertenezco al mundo obrero. O debía ser de derechas porque los de izquierdas eran corruptos y torpes. En fin, que no me aclaraba. Pero yo ya me iba preocupando si moría un famoso actor o actriz, cuando antes me daba igual. Luego, todas estas preocupaciones se mezclaban con el hecho de que yo cumplía años peligrosamente y mi salud me importaba más, tenía más conciencia de mi enfermedad crónica. Ya no me llamaba la atención la lejanía, ya no me gustaba tanto crear historias, ya no era yo el que era, el que se saltaba las noticias a la torera.
Si cumples una serie de años.
lo que te motivaba ya lo haces a la fuerza, no por gusto.
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