viernes, 20 de diciembre de 2024

 El sol brilla para que yo sea yo y gire alrededor de él. El agua me da el sabor de la vida y la bebo dulcemente. Sin agua, tampoco yo sería yo. La tierra que piso me hace yo mismo, con mis esperanzas y mis miedos al futuro, a las personas, a los fenómenos meteorológicos. Si no existieran estos elementos que han existido desde el principio de la humanidad, ni yo ni nadie podría existir. Así que demos gracias al sol, al agua, a la tierra que nos sostiene y quizás a Dios, que, por averiguaciones, quizás sea el creador de esas sustancias tan vitales. Y si no crees en Dios creador, cree en la casualidad que hizo todo posible, aunque a mí me parece que no puede existir casualidad en algo tan matemáticamente exacto como es este mundo. Los comunistas no creen en Dios porque creen en el obrero o en el sexo fluido. Pero yo digo que, si existimos, es por alguna razón que se nos escapa a los seres humanos, no es la simple casualidad de lo creado. Yo quiero creer que los seres humanos somos un plan, cada uno de nosotros obedece a una causalidad que desconocemos. Ojalá la gente dejara de luchar por la izquierdas y las derechas y se diera cuenta del milagro que significa haber sol y haber agua.

En el cuarto de un estudiante

las estrellas, el sol, las nubes se dan la mano y empiezan a tomar forma intelectual.

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