Como dice Escohotado, al ser humano le gusta la ganancia, no ser pobre como todos sus vecinos y amar a la patria que vencerá algún día. El ser humano ama su propiedad privada, lo que ha conseguido a lo largo de su vida: un piso, unos ahorros, unos zapatos, un chándal, etc. La idea de la colectivización de la propiedad ya se sabe a lo que ha llevado. Todavía hay gente que defiende lo que pasa en Cuba porque funciona como una consigna que no hay que pensar para decirla. Se dice y basta. Se dice: Viva Cuba y se queda uno muy a gusto. Pero a mí no me interesa Cuba ni nada, sino haber visto hoy a unos patos en un estanque y cómo hacían como una especie de danza que podría valer para llamar a la lluvia o para llamar a una rubia. Y ya no escribo más porque me canso y no se me ocurre nada aunque me gusta la lluvia y las rubias.
La pálida Historia recoge un montón de besos
y los reparte en estas otras historias más pequeñas que somos nosotros.
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