martes, 31 de diciembre de 2024

 La vida te da dolor, te da chascos pero no hay que consentir que la vida sea una chapuza integral ella misma. Siempre hay modos de superar esos contratiempos con sabiduría e inteligencia. Si hay mucho ruido en tu vida, ponle un poco de silencio para reflexionar. Si hay mucho silencio en tu vida, llena ese silencio de sentido. Y, si lo que hay es incomprensión, no olvides pensar si tienes tú la culpa de esa incomprensión o la tienen otros. De todas formas, no esperes mucho de la gente aunque sean tus familiares. La gente falla mucho, comete muchos errores y no te tienen en cuenta cuando sufres. Yo solo me he comido muchos marrones y a mi casa no ha venido nadie. A eso me refiero.

Sufrir solo le es dado a cualquiera.

Tener comprensión hacia los demás no es dado a cualquiera.

La poesía le acompañaba como un halcón que subiera al techo del cielo. Desde allí, arrimado a las palabras, lo veía todo de diferente modo, más alto, más acerado el corazón de los demás por verlo desde la altura. No quería ver las miserias, sino ensalzar como podía a aquellos que hicieron algo por él en su día. El halcón ya baja al puño. Y va refiriendo, acompañado de palabras, toda la sabiduría que hay allí, por encima de las nubes. El halcón ha volado a miles de metros de altura, el halcón sabe. Los días pasan sin poder alguno para cambiar las cosas. La noche sucede al día y las cosas siguen igual. El tiempo es gran compañero para ver entre las telarañas de un pasado lo que hay en el presente. Dejemos que corra el tiempo y con él el olvido y quizás el perdón o la comprensión acudan donde deben acudir.

Cada uno tiene su forma de expresarse.

El silencio, a veces es bueno o no, según qué exprese ese silencio.

 La otra noche, Domingo no podía dormir a gusto así que salió a la terraza a fumarse un cigarrillo. Eran las 4 de la madrugada. Su hijo había regañado con él estas navidades y no sabía ya nada de él desde entonces. No quería juzgarlo. Era todavía joven y de joven la sangre bulle de otra manera. No haría esfuerzos para tratar de que volviera a él, solo que esperaría a las próximas navidades a ver si volvía. Solo se trataba de eso. De esperar casi otro año entero a ver si su hijo recapacitaba y se daba cuenta de que le quería tanto que deseaba verlo. Una prueba de ello era este insomnio que se había quedado en su mente. Tras una pesadilla, se despertaba a deshoras. Soñaba con que su hijo moría de muchas maneras y se despertaba agitado y triste. Había que esperar a que diese señal de vida. Esperar, esperar. ¿Era lo mejor esperar? Es lo único que se le ocurría a Domingo. Se fumó el cigarrillo, bebió agua y se acostó pensando en su hijo.

Pensamos en los demás.

¿Piensan los demás en nosotros? Esa es la ecuación humana repetida mil veces.

 La mañana crece y por medio del sol se hace grande y a eso del mediodía, se pone el disco ampliamente a relucir y relucir y lo llena todo de una realidad enorme y gratificante. ¿Cómo llevas las fiestas? Tirando que no es poco. A mí estas fechas me ponen mucho, me ponen muy enfermo porque no sabes a qué carta quedarte. Unos amplían su silencio estos días. Otros nos vemos en cuadro. Otros no aparecen. Otros los vemos de refilón. Nadie dice ya: feliz navidad, buena entrada de año. La gente ya está harta de estas cosas que se decían antes. La gente anda suelta como ganado perdido, como el agua de fregar que se tira a la entrada de las casas, como un niño que se queda sin recreo y yo me incluyo en esa gente porque de lo que se vende en la televisión no hay nada. No hay familia sin rencilla, no hay reunión en que no salten algunas chispas. Con eso hay que vivir. Nadie comprende a nadie. Todos erramos contra el otro, tengamos razón o no.

Las cosas que hacemos la miran cien ojos.

Es bueno mirar al otro serenamente y dejarle hablar.

 La vida se paga. La vida cuesta proporcionalmente a los errores que se cometen en ella. Los que llevamos una rutina sin alborotos ni inconvenientes, nos ceñimos a ella y vamos tirando. Los que dan giros y giros en el aire o caen de pie o caen de cabeza. Es propio de la vida darnos sorpresas o que nosotros creamos la sorpresa. Después, hay que apechugar con esa sorpresa que hemos estado persiguiendo. Nadie debe juzgar a nadie. Las cosas que hacen otros debemos respetarlas porque no hay persona en el mundo que no haya tomado una decisión guiado por el deseo de felicidad pero que sonaba extraño a los demás. Las personas que han tomado una decisión drástica o radical en otros tiempos nos han ayudado, han estado pendientes de nosotros y por ello, no debemos juzgar sus acciones si han sido buenos con nosotros. Los que han mirado a otro lado cuando estábamos en una situación mala, no nos importan tanto. Ya digo, es mejor intentar comprender que juzgar malamente a alguien.

Mira; ese ha hecho eso.

Tú también has hecho cosas incomprensibles para los demás antes que él.

 La tristeza es un modo de estar en el mundo. Que levante la mano el que no ha estado nunca triste. Otra cosa es acompañar y entender al triste. Puede haber una tristeza por un hecho concreto o puede haber una tristeza estructural, movida por el hecho mismo de vivir la vida que se vive. La tristeza está ahí, a cualquiera de nosotros nos puede afectar en distintas dosis o por distintas causas. Pensar negativamente te lleva a un corriente de desilusión que luego conduce a una melancolía grande. Estar triste es muy fácil, más que estar alegre. La alegría está más cotizada que la tristeza. La tristeza la encuentras a la vuelta de la esquina. La alegría hay que crearla, motivarla, hacerla. La tristeza ya está con nosotros casi desde que nacemos. Quizás por eso lloramos cuando acontece este primer contacto con la realidad del mundo. Pero debemos saltar fuerte para sortear el listón que la vida nos pone y debemos luchar por ser felices.

La tristeza: esa dama oscura que llega y llega

y no sabemos cómo despedirnos de ella.

lunes, 30 de diciembre de 2024

 La lluvia en los estados del Este se disuelve en tulipanes. Los carritos de la compra van y vienen. El dolor de vivir anda como en volandas estos días tristes. Una familia vaga por la ciudad y pide un taxi que la lleve a otra calle, a otro espectáculo de esos que tanto abundan estos días, a una cafetería a tomar algo caliente. Los hijos de la rabia no tienen abuelos, ni programa televisivo, ni ayuda para hacer los deberes. Mira allí la estrella que salió anoche, qué puta es. Las verdades son ajenas a la gente, no saben dónde ponerse, no las invita nadie a la mesa, estorban en todos los lados. Qué pena de luna creciente que durmió toda la noche colgada del cielo. Vayamos a por una sandía, a por unos torreznos, a por alguien con quién charlar de estos días del diablo. Si no me hacen caso, no importa, sé que lo que escribo es como el aire.

Dormir bien es fundamental.

Pues ni eso conseguimos caído el día.

 Hay una dulzura eterna en los niños, en los perros siempre hambrientos y en los matrimonios que no llegan a fin de mes. De todos estos se aprovechan los telediarios, los políticos y el presidente. Dando bazofia, dando la lata. La vida es lo que surge detrás del orden establecido. La vida es lo que vivimos al olvidarnos de la ideología reinante. Todos sabemos lo que es una borrachera. Todos sabemos lo que es estar solos. Todos sabemos que el televisor miente siempre. Lo que hacemos a lo largo del día nos da qué pensar para el día siguiente. Y así todos los días. Pero no pensamos algo suficientemente original para sacarnos el malestar de encima. Los ratos que se pasan agradables solo sirven para tapar todos los ratos malos que sufrimos en la vida.

Uno no sabe lo que pasa.

Nadie nos cuenta lo que realmente pasa.

 Menos mal que tengo este blog y aquí digo lo que pienso o lo que se me ocurre. La vida va pasando mientras tanto que yo escribo y ya llega el final de las fiestas-tortura. Me gusta la rutina. Me gusta ese pájaro que canta por costumbre. Me gustan los días que pasan, solo que pasan sin mayor transcendencia. Los personajes de mis novelas bullen de acción y de melancolía, abandonados de mi pluma hace ya mucho tiempo. Las luces que lucen por la noche alumbran una sociedad equivocada, yo la siento equivocada, derecha a la confusión. Los hombres y mujeres de hoy en día están perdidos en la noche, en el día y en la tarde que nos da la  jornada. Si no es así, que alguien me diga lo contrario y borro todo lo anterior.

Las personas que yo veo

pasean al perro, hacen quinielas, tienen hijos y van al bar.

 Pía el pájaro, el pájaro que sea. Brilla el sol, el sol que sea, el que nos ha tocado, el único que hay. Sube la columna de humo de la calefacción. La mañana ya va diciendo que basta ya de sinrazón. Hay un hombre que se despide hasta mañana. Es un hombre solitario con calva y perilla y va en sudadera carmesí. Luego vendrá a ver qué ha pasado en su ausencia. Ha elegido su soledad muy bien elegida. Así no tiene que aguantar a nadie. La televisión vomita sus negras noticias en una emisión eterna, que no conoce fin. El hombre solitario se ha duchado, ha salido a la calle y no tiene envidia a nadie. Come lo que se prepara él mismo y no conoce la esclavitud porque no conoce a nadie y los conoce a todos. El hombre solitario eructa satisfecho. El hombre solitario mide muy bien los tiempos: hoy es lunes. El televisor sigue y sigue como una ruleta asquerosa.

Hay gente que vive mal pudiendo vivir bien.

La estupidez se suma a la estupidez.

Somos víctimas de un sistema obsoleto. No diré qué manías tiene la gente, qué costumbres de beber alcohol, qué dolor de estar solos. Cometemos errores absurdos, cometemos la locura del egoísmo. Vamos como en barcos separados, vamos como caminantes con un mismo camino pero sin hablarnos. Somos esa epidemia que se extiende hasta la nada. La vida es difícil y más difícil la hacemos casi por gusto o por ignorancia de la misma vida. La vida te pide que estés con los amados y no estás. La vida es más sencilla que no estar enfrentado, envidioso o apartado. En fin. Somos humanos. Errare humanum est.

La gente no sabe por dónde anda.

La gente anda como por caminos de cabras pudiendo ir por la avenida. 


 ¿A quién le gustan estos días de fiestas estúpidas que se repiten como regüeldos después de comer? Son unos días absurdos que podrían probar a quitarlos del calendario, sería mejor para todo el mundo. Los que no beben, recaen. Los que siguen una dieta médica, recaen. Los que están alegres, recaen y se entristecen. Son días malditos, hechos de diablos que andan jodiendo a la gente, de seres caídos en desgracia que quieren la desgracia para los demás. Los días estos se discute, se acuerda la gente de parte de la familia con la que ha regañado o se ha distanciado. Menuda mierda la navidad. Nadie se acuerda del niño que ha nacido, simplemente se va sobreviviendo a estas fechas tan asquerosas, que no señaladas. Tendrían que hacer algo al respecto y reducir las fiestas a dos días y se acabó. Días atrás yo decía: ya viene la navidad. Sé feliz. Ahora digo: ya se va la navidad. Por fin vas a poder ser feliz.

Cena y comida al otro día.

Hincharse el vientre para qué.


 Veía un mundo hecho de cera que se diluía. Veía una mujercita que andaba por la calle y nunca cogía el teléfono. Veía dolores en mi casa y dolores fuera, en una mañana íntima. Veía un bocadillo dentro de dos horas. Veía el sol mandar en el día. No miraba, solo veía. Y mi corazón, por dentro, sufría y sufría. Las lunas venían del oriente como máquinas redondas, como reflejos de las noches intranquilas. El sol mandaba, con su calor y seca influencia. Uno no dormía todo lo que quería; el otro estaba triste pero ninguno lloraba. Fuimos hacia el sur una tarde de sol. En el sur había casas destartaladas y un ayuntamiento vacío. Los días iban pasando y nadie los requería. Los días iban pasando y nadie se lo decía.

Pocos son los elegidos para entrar a mirar qué amor es el suyo.

Más bien son muchos los que palpan desolación.

domingo, 29 de diciembre de 2024

 En la mañana me ha dado tiempo a comprar el periódico (que ha subido), una col y el pan. He estado leyendo. Cosas anodinas, asuntos que no me interesan pero que hacen pasar el tiempo. Llego a casa. Todo está bien. Agradezcamos, no nos cansemos de agradecer. Un enfermo mental precisa de unos cuidados afectivos. La estrella salió por encima de los tejados pero, ¿qué más da? No seamos supersticiosos. Una academia en Getafe podría haber sido la solución: un piso abajo para vivir y un piso de arriba para impartir clases de refuerzo. Conozco una persona que se va a Lanzarote a pasar el fin de año. Qué suerte.

Envidiosos, sombríos, aptos para luchar contra las sombras

los hay en todos lados. ¿No dan pena?

 La estrella salió por encima de los tejados. Estaba anocheciendo. Una conversación aburrida, un pasar el tiempo al frío de la tarde. Los enfermos mentales necesitan un cuidado de sus afectos. Ya no volveré al gallinero aquel donde nadie era lo que parecía. Las tardes se resolvían en paseos por Alberto Aguilera y escapadas en coche discretas y tranquilas. En Getafe, a las 5 de la tarde, las calles estaban llenas. Cuando regresamos, vimos las calles de Majadahonda, vacías. Un rumor de ropa sin marca corría por mis venas y todo ya se fue con la luna que no salió.

Las cuestiones de amistad hay que resolverlas.

No es amigo todo aquel que habla contigo.

sábado, 28 de diciembre de 2024

Vengo de charlar con un sobrino. Luego, he hecho una tortilla que se me ha pegado un poco. Paco está a ver a los amigos de Colón. Yo me siento bien hoy, después de la minidepre de todas las mañanas. El camión de la basura, ayer, se llevaba todos los residuos de estas fiestas. He dormido bien. Las carnes se irritan al ver pasar un perro que ladra y muerde. Los depósitos de cadáveres elevan su silencio a las nubes que pasan. Los mendigos siguen pidiendo, es lo suyo. Unos venden, otros piden. El río Jarama pasa cerca de Vicálvaro y allí hubo una batalla entre hermanos españoles. Las guerras carecen de simpatía pero tampoco hay un ser humano que odie a los árboles. Me pongo en lo peor y mañana será domingo, un domingo con letras tranquilas, con temperatura media, con sopor de comida buena.

Se aprenden los gestos de otros y los realizamos ya nuestros.

También la risa se aprende si hay de quién aprenderla.

 Obligados a vivir, qué más nos da lunes que sábado, navidad que año nuevo o semana santa en la ciudad. Los barrios se reparten por España, en sus ciudades grandes como Madrid o Barcelona. Y el barrio es como un amasijo menudo de plumas y sangre. El barrio es como ese chico que reparte pizzas, como ese chino que entiende poco el español, como esa abuelita que se agarra al andador pero no teme caerse nunca. Las cosas se van como se vienen, lo que dura es el alma, el alma desechada de Dios que nos vuelca en la Tierra y allí nos las den todas. El cielo está hecho de bondad y belleza y algo hay de esas dos cosas en el mundo si miramos bien. La luz que llega del cielo nos alumbra un día más para que suframos o disfrutemos, para que nos escondamos de los demás o salgamos a su vista y nos juzguen.

En un rincón descansaba un hombre su pobreza.

La riqueza de los anuncios no es tal, nos engañan tanto oro y tanto vestido de lujo para que compremos una felicidad pobre de razón.

 El cetro del pueblo no es más que el bien común y la razón. Y los pueblos tienen el derecho y la obligación de enarbolarlos con fuerza cuando los que mandan no obedecen más que a una disputa inútil, a una política errática. Los pueblos son más inteligentes que los mandatarios, saben lo que quieren mientras que los políticos se pierden en acusaciones que no llevan más que al caos y la ingobernabilidad. La gente no está para rencillas y críticas encendidas de unos y de otros. La gente tiene necesidades que han de quedar cubiertas y en eso es en lo que el gobierno debe centrarse. Pero últimamente, lo que vemos es un patio de colegio lleno de insultos, de acusaciones, de estupideces. Viva el pueblo. Caigan los políticos necios.

La política es el arte de gobernar.

Pero ya lo dijo Groucho: los políticos crean problemas donde no los había y los dejan sin resolver.

 Hoy salgo en El Mundo. Me hicieron una entrevista el martes pasado por mi libro "El profesor enfermo". Yo expliqué a un periodista todo sobre mi libro. Al fin pude hablar de mi  libro con extensión y ganas. Sale una foto mía en el Círculo de Bellas Artes donde me hicieron la entrevista y el titular es así: un profesor que se hace novelista. Me lo pasé en grande y dije también que no he cobrado ni un duro de las ventas. Hablé de los interinos, de las aulas cada vez más locas, de lo que le pasa a un profesor con una enfermedad mental, de los profesores compañeros, etc. Ya digo, me lo pasé en grande porque por fin pude explayarme a gusto y hoy, al ver mi foto, me sentí orgulloso y satisfecho.

Los profesores cada vez tienen menos autoridad.

Es un signo de los tiempos.

viernes, 27 de diciembre de 2024

 La mañana trepa, clara como el agua o como unas manos inocentes, hasta que el día se hace. Entonces, los humanos, si no gritan, no es por falta de ganas pues están solos, aburridos en un mundo con televisor. Los ancianos andan su andar lento y corajudo por la ciudad que los hace, que les da vida, que reaviva su miseria de muchos años cumplidos. A lo mejor, nos hemos equivocado, nos hemos lanzado a una aventura, hemos salido a la calle. Y estas fechas anuncian a un dios niño pero nadie se ha enterado. Seguimos solos, seguimos sin asidero, seguimos equivocados. Pero quizás haya una asociación, una ONG, que nos traiga compañía a casa y charlamos de las cosas vistas a un joven que es todo oídos y parece que nos quiere. Así va la vida: nadie se preocupa del lindero, nadie quiere coger la soledad de otro y romperla en mil trozos.

Como el halcón que lo ve todo desde el cielo

así Dios ve la Tierra abajo, nuestras acciones, nuestras miserias, etc.

 Un airecillo suave me refresca todo el cuerpo, sobre todo la cabeza. Me despojo de toda ruindad, me lleno de clarividencia, me restriego de gusto. Los días pasan y todo pasa con ellos: la decisión equivocada quizás, la dolencia del estómago que tanto nos preocupaba, el amor que ya es cariño hacia esa persona que está a nuestro lado. En fin. Todo pasa. Es la gran lección que te da la vida. Que te acuestas a las 10 o a las 11 y al día siguiente han pasado muchas sensaciones, sentimientos u odios que has albergado todo el día. Y así siempre. Somos un camino, nunca un pueblo o una ciudad. Los pueblos y ciudades tienen una complejidad que ninguno de nosotros tiene. Por eso solo somos camino.

La primavera joven quizás llegará para mí

para olfatearla y saborearla y oírla una madrugada de abril.

 Como dice Escohotado, al ser humano le gusta la ganancia, no ser pobre como todos sus vecinos y amar a la patria que vencerá algún día. El ser humano ama su propiedad privada, lo que ha conseguido a lo largo de su vida: un piso, unos ahorros, unos zapatos, un chándal, etc. La idea de la colectivización de la propiedad ya se sabe a lo que ha llevado. Todavía hay gente que defiende lo que pasa en Cuba porque funciona como una consigna que no hay que pensar para decirla. Se dice y basta. Se dice: Viva Cuba y se queda uno muy a gusto. Pero a mí no me interesa Cuba ni nada, sino haber visto hoy a unos patos en un estanque y cómo hacían como una especie de danza que podría valer para llamar a la lluvia o para llamar a una rubia. Y ya no escribo más porque me canso y no se me ocurre nada aunque me gusta la lluvia y las rubias.

La pálida Historia recoge un montón de besos

y los reparte en estas otras historias más pequeñas que somos nosotros.

 Durante el proyecto Manhattan, que, como todo el mundo sabe, se llevó a cabo para producir la bomba atómica en EEUU, hubo dos científicos que extendieron la idea de que el universo es tan enorme y tan vasto, que tiene que haber en él otras formas de vida inteligentes. Estos científicos eran Carl Sagan y un tal Drake. Pero luego se produjo la paradoja de Fermi, que era otro científico. Y la paradoja de Fermi dice: " si hay vida inteligente en el universo, ¿cómo es que no nos ha llegado ni una sola señal?" Y también dice: "si hay vida extraterrestre, ¿dónde está?" Porque solo había avistamientos difíciles de demostrar. Y es verdad la paradoja esa. Si hay extraterrestres ya habríamos tenido noticia de ellos, se supone. Lo mejor es adoptar una postura media: seguro que habrá seres inteligentes en todo el universo infinito pero aún no hemos tenido noticia de ellos.

Los extraterrestres dijeron: nosotros no somos extraterrestres.

Somos martintoleses, de martintol, planeta 114. Y, entonces, ya hubo un pequeño diálogo con esos seres extraños.

 Hay personas que ven la vida de una manera y ya no la saben ver de otra, ya no focalizan los acontecimientos con una perspectiva diferente. Los marxistas ven luchas de clases, ven guerra de géneros, ven a la homosexualidad reprimida y otros avatares de la vida. Pero no comparten ni un milímetro la idea de ver que no hay obreros contra empresarios, que no hay guerra hombre-mujer y que los homosexuales viven la vida como los heterosexuales. Y ocurre también lo contrario: que una mirada capitalista del mundo no deja resquicio a alguna idea marxista que podría ser cierta o tener razón. Es evidente que los puntos de vista han de tener, en algunos casos, puntos en común. Es como el partido comunista en la Transición: cedió posturas para que la democracia siguiera adelante y supongo que la parte franquista también tuvo que ceder en aras de un bien común. ¿No podría pasar esto en la actualidad? Que se entiendan los políticos aunque sea un poco, para que leyes y soluciones salgan adelante. No lo sé.

Los que siempre están en una postura no alterada nunca

no saben nada del contrario.

 La mañana surge inesperada después del sueño. Mercadona, Zara y otras multinacionales tienen la culpa de que los trabajadores no se reproduzcan y así, los niños nacen con seis almas, según Millás, columnista de El País. La mañana, ya digo, nos sorprende cada mañana a eso de las 7 de la mañana a los que van al trabajo y luego, más tarde a los que no van a ningún sitio. He leído el periódico. Algunas noticias son sorpresivas y otras, predecibles pero ninguna mala porque hacen que se pase el tiempo. La mañana, ya digo, empieza tras la noche, la férrea oscuridad de gran parte del día, la dulzura de una negra máscara que nos acoge por muchas horas. El cerebro sigue funcionando en la noche y a la mañana, se pone en marcha y hace que el cuerpo ande, que el corazón ya lata conforme a los acontecimientos a plena luz diaria.

La mañana, la noche y quizás la tarde nos invaden como sombra, como luz y como ascua

todos los días.

jueves, 26 de diciembre de 2024

 ¿Qué alimento se usa con profusión en la cocina española? El aceite. Pues vamos a subir el aceite. ¿Qué colectivo minoritario puede desviar la atención sobre las medidas económicas como la subida del aceite? Los homosexuales y los trans. Pues hala, que no pare el rollo este. Y así nos han tenido y nos tienen. ¿O es que te crees que no hay aceitunas en los olivares? ¿O es que te crees que los homosexuales están todos los días perseguidos? Todo es una orquestación política para tenernos asustados, estupidizados y que nos callemos ante las tropelías de este gobierno, que, encima, se corrompe como un melón podrido. Basta ya. ¿Qué hace la ciudadanía antes estos abusos? Nada o darles la razón a estos impúdicos ladrones.

Eres tonto si no sabes que están abusando de ti.

Despierta de una vez. No los votes.

 Rizos rubios y lánguidos de muchacha en flor, callejones de la ciudad donde se pierde la compostura y la timidez. Todos somos candidatos a volvernos felices sin apenas darnos cuenta. La vida se aglutina y late frente a unos pechos de mujer. La camisa lo dice todo, la camisa resalta el deseo como un ladrido inmenso de algún can. Tú eres tu camisa y tus caderas son el hilo de cobre que gira y gira. La mesa ya está puesta y los comensales aprueban la comida con regüeldos propios de un elefante. El agua corre debajo de nuestros pies pero no la vemos. Si pudiéramos hablar con las raíces de los árboles, cuántas cosas interesantes sabríamos y no el lloro estúpido de un homosexual.

Una estatua ciega nos dice qué tenemos que hacer.

Abajo con la puta estatua de una vez.

 Los tontos sublimados son aquellos que, además de ser tontos, llevan la tontería hasta los cielos y no se dan cuenta de lo importante. Lo importante es vivir bien y tener dinero para comprar lo necesario. La tontería sublimada es hacer pregón de las gilipolleces de los políticos. Ya sabes a qué me refiero, así que no insisto. Me pone negro que, uno, por ser de esto o de lo otro, traguen con imposiciones desde el poder como si fueran necesarias para la sociedad, cuando son totalmente superfluas. Lo malo es que hay eso que llaman chiringuitos para toda esa flatulencia que se tiran estos políticos, para la basura mental que fabrican, para que olamos su mierda. Y así nos va. El mejor político es el que está restringido por la sociedad a hacer cosas útiles para ella y no cosas superfluas que atentan contra la razón humana, la lógica social y el porvenir de una nación. Y, encima, los muy perros, se corrompen y se chupan unos lujos que el mortal de los ciudadanos no acertamos ni a vislumbrar.

Vota, vota a estos o a los otros, ya verás

cómo la mierda flota mientras te bañas.

 Dice un amigo mío de cierta edad que antes trabajaba solo el marido y tenían para llevar la casa de una familia y un mes de vacaciones entero. Ahora, trabajan los dos y no llegan a fin de mes. ¿Qué está pasando? Quizás que los políticos quieren a la gente con el agua al cuello para que los votemos como si fueran la solución. Todo se ha encarecido, hasta el pan y el aceite. También, lo que puede que esté pasando es que la sociedad civil está callada y los políticos actúan metiéndonos en la vida absurdos como el todes y los niñes y lo trans y lo homosexual como si fueran cosas importantes. Y no lo son. Nos importan una mierda todo eso del género y sí que el aceite esté a 15 pavos. Y el que crea que es importante la vida de un homosexual, se engaña. La vida del homosexual es como la vida de otra persona cualquiera. Y el que crea muy importante lo de los niñes es que tiene la cabeza a pájaros y nos se da cuenta de que le están robando a impuestos cada vez que va al súper. Y cuando compra tabaco y echa gasolina y compra cualquier cosa. Como la sociedad deja en manos de los políticos lo que les conviene, así nos va.

Los políticos son una raza parecida a los charlatanes del crecepelo.

Y seguimos calvos y algunos, tontos sublimados.

 Hoy hago lombarda. Es una verdura bastante contundente. La atmósfera está muy seca, casi da sed mirar al cielo y a las copas de los árboles. ¿Qué harán los árboles para conseguir agua? Supongo que desarrollarán sus raíces hasta lo más profundo del suelo para ver si allí corre agua o por lo menos, está húmedo el ambiente. El interior de la tierra es muy misterioso. Puede que corran ríos de agua por dentro. Los zahoríes se dedicaban a encontrar agua usando unas técnicas llamativas cuando menos. En "El bosque animado", de Wenceslao Fernández Flórez, aparece un zahorí de estos pero no acierta. También aparece el bandido "Fendetestas" y Maruca do fame. Son curiosos los personajes de este libro tan entrañable.

Si sientes que no sientes o estás muy preocupado,

vete a la soledad, estate unos ratos solo y en silencio y, a lo mejor, encuentras solución a tus problemas.

El psoe y el gobierno del psoe están atravesando días muy difíciles. Si no me equivoco, hay 11 ministros señalados en la corrupción de las mascarillas u otras corrupciones. El pp aguarda a que el gobierno se hunda. Y yo creo que no tardará mucho. Es mucho el peso que soporta, el mal peso que soporta. El pp se beneficiará de todo esto que está pasando y ya está pactando con PNV y Junts, socios naturales de la derecha periférica. Yo creo que la democracia se ha de caracterizar por la alternancia política, que es buena: así, un gobierno en crisis deja a otro gobierno nuevo entrar a ver qué hace. Pero a mí lo que me preocupa es el reguero de gilipolleces que ha dejado el socio del gobierno, podemos, en cuestiones de intimidad sexual y hasta de la manera de nombrar a los géneros: todes, niñes, que, siendo gilipolleces, aún quedarán en el modo de hablar de algunos que les siguieron en este caso de neolengua o creación de palabras absurdas.

La política crea un lenguaje, da importancia a algunas palabras y las llena de sentido político.

Pero debemos hablar español, que es nuestra lengua y no la que nos impongan los políticos.

 Cada vez duele menos ir al dentista, señal de que vamos progresando. También es señal de que vamos progresando que el salario de los trabajadores aumenta y que los niños chillan cada vez más, ejerciendo así un poder más efectivo sobre sus padres. Antes, los padres tenían una autoridad sobre sus hijos. Ahora parece ser que se ha invertido esa autoridad y es bueno para la sociedad pues así se renuevan las ideas más frescas de la población más joven. La juventud debe llevar sus ideas a la práctica dando alaridos desde pequeños para que los tímpanos de los padres sientan ese arrullo contestario desde muy  pronto. Así avanzan las sociedades, haciendo caso a los más pequeños desde que pueden hablar. Pero ya digo, no es que hablen, sino que chillan y hacen bien.

Los chillidos de algunas aves que viven al lado del mar salvan la vida chillando todo lo que pueden a sus padres.

Así debe ser entre los humanos.

miércoles, 25 de diciembre de 2024

 Con todo esto que he escrito, me he ido entonando un poco con el día de hoy, ya que, cuando ponemos los pensamientos por escrito, hacemos un esfuerzo del razonar y de colocar unos conceptos detrás de otros para expresar quizás una verdad o una opinión. Sería adecuado que algunas personas escribieran sus sensaciones sobre la vida por escrito. Creo que aclararían su modo de ver la realidad  para bien, sería más ordenado lo que piensan de modo aleatorio y fugaz. Yo, cuando escribo en este blog, descubro cosas que antes no sabía o no las pensaba y me quedo contento de dejarlas por escrito pues me consuela y me anima a pensar. Pensar es bueno, es lo propio del ser humano. Dios nos hizo pensante a diferencia de los animales, que no piensan. Pensemos en voz alta o escribamos lo que sentimos y nos aclararemos de muchas cosas.

Pensar y sentir son propios del ser humano. Demos un cauce a ese pensar en soledad o por medio de la escritura.

 Vivimos tiempos difíciles en esta sociedad de hoy en día en que no se respetan los sentimientos de los demás. Yo observo que se vive mucho desde el yo. Lo que me interese a mí, eso es lo que cuenta. Y ahí viene lo que hoy se celebra, la más pura generosidad. Es como si llegara una esperanza a este mundo de egoísmo. Con el tiempo, todo se ve, todo se percibe con mayor claridad. Esperemos a que pase el tiempo que nos moldeará para la comprensión de las cosas. Y este es un día especial para saber que Dios está con nosotros aunque no creamos en Él. La vida contiene suficiente misterio para que creamos en lo sobrenatural. La vida es larga y da oportunidades para creer en los demás, no solo en nosotros. Un niño podría tener respuestas a algunas preguntas que podamos hacernos hoy o en un futuro. Creamos en algo, en algún poder más allá de este mundo hecho de piedra y pan.

Los hombres y mujeres van haciéndose mayores y, con la edad, van comprendiendo cosas que antes no comprendían.





 Dos mil años son muchos años y la historia sigue en pie. Lo celebramos aunque no creamos en la historia que nos han contado hace dos mil años. Porque esta historia es para todos. Y es muy sencilla de entender, pero no tanto de creer. Hay gente que reniega de niños nacidos en un pesebre, de Dios que llega a la Tierra pero es así de sencillo. No lo han inventado los curas. Ya estaba la historia ahí antes de que llegaran los curas. Los curas lo que hacen es recordar ese nacimiento y esa cruz que viene después. La vida está llena de misterios. Que te nazca un hijo es un misterio y la vida de ese hijo está llena de misterio. Así la historia de este niño que ha nacido. La vida se llena de emoción cuando damos algo al otro: cariño, amistad, comprensión. Y este otro se alegra de lo que le has dado.

Mira cómo beben los peces en el río.

Mira cómo se alegra la gente de la noticia.

 Este cuento con final feliz que tengo cogido por el ala no se escapará de mi mano por unos segundos en que pueda atrapar toda su ciencia. Y luego, meditando, llegaré a alguna conclusión. Y si no llego a ninguna conclusión, es que este cuento no es tan bonito como lo contaron los sabios en su día. Duró el cuento varios siglos, de boca en boca corrió como el pan en las comidas. El cuento es misterioso, aún hoy lo cuentan en las tabernas y en las iglesias de uno y otro modo. Todos se saben el cuento porque tiene mucha luz, mucha alegría para la Humanidad. Y el cuento ya ha terminado hoy, pero mañana seguirá contándose, con la alegría con que nació hace ya unos dos mil años.

Me quiero convencer de que hoy debo estar alegre y no me sale. Será que la historia de hoy me cansa. Pero sigo intentando el acercamiento a la historia y a los que están a mi lado.

 Voy a ver qué me sale en este blog a 6 días de 2025. Las canciones que se cantaron, los bailes que hubo, las oraciones hechas para que todo saliera bien. Todo ya ha sido borrado de la realidad de hoy. Hoy vence el día, hoy acapara ya el cuerpo y alma de todos para que nos aventuremos en las horas que vendrán y no en lo que ya vino. Hoy ha nacido un niño feliz, hoy debemos alegrarnos con ese niño nacido. Hoy celebramos que Dios ha bajado a la Tierra. Las confiterías han agotado su muestrario de pasteles. Los corderos han ofrecido su carne a las mesas. Todos hemos visto cómo la gente reía, comía, celebraba estar con los suyos. Y ya ha llegado el niño dios a las casas en forma de figurita de Belén, en forma de advertencia: pórtate bien con tu semejante. Y ya hemos llegado adonde había que llegar: a la alegría de la noticia.

Esta hermosura de la luz repetida, este color de cobre, este sobrepuesto atardecer a las horas ya vividas me dan la forma de vivir mis años, me ofrecen el candor a mi alma para seguir celebrando días y noches, días y noches. 

 Algo ha fallado. Ya estamos en navidad y no soy especialmente feliz. Todos los días diciendo que llega la navidad y ahora que ha llegado, no siento nada, no me doy a la alegría de vivir. Será que ya ha pasado la magia de estos días que antes eran especiales, bonitos con respecto al discurrir del año entero. Será la repetición de lo navideño lo que trae este descreimiento. Recuerdo que en estas fechas, tiempo atrás, yo me entretenía escribiendo alguna historia que tenía que ver con esta época mágica. No me salía gran cosa pero sentía el fervor de estas fiestas en el magín. Hoy hace sol pero hace frío. La gente descansa de la cena de ayer, tomando algún sobrecito de alkaserser. La verdad es que somos menos a la mesa, somos menos los que estamos, somos menos los invitados a vivir la navidad. Sin embargo, Paco canta mientras se ducha. Pasaré el día en casa, escribiendo o leyendo algún libro. Daremos un paseo cuando se haga de noche, a eso de las 6, y charlaremos ni animados ni desfallecidos de algún tema de interés. La navidad está aquí. Seamos felices mientras podamos, como dicen los jardineros y que nos dé el niño nacido felicidad para todo el año que viene.

El niño ha nacido. Debemos dar gracias a Dios por las cosas buenas que este niño trae. Es Dios, es Hombre, es un niño que ha venido a salvarnos de la miseria del pecado. Queramos a este niño. Seamos buenos y cariñosos con el semejante, que es lo que este niño quiere.



martes, 24 de diciembre de 2024

 Esto del dinero es muy relativo porque, ¿quién tiene mucho dinero? El que cena una manzana tiene mucho dinero para pagarse una manzana, le sobra. Al que cena caviar, siempre le faltará dinero y se lamentará muchas veces de tener ese capricho o gusto por esa comida. Los fenicios inventaron el dinero para desterrar el trueque entre la gente con la que comerciaban. O sea, que el dinero fue un invento inmanentemente, práctico. Luego, el dinero alcanzó tanta importancia que por dinero ha matado mucha gente a otra gente. Y no solo eso, sino que el dinero ha hecho corromperse a gente que parecía buena persona a ojos de los demás. Bueno. Para finalizar: el dinero ha hecho tanto mal como bien a la gente, como un montón de cosas inventadas por el hombre.

Si la gente supiera cómo se consiguiera dinero fácil, no trabajaría en su vida. Lo que pasa es que el dinero es un bien escaso porque si no lo fuera, estaríamos matándonos unos a otros.

 Ya he cogido carrerilla y voy a seguir escribiendo casi de lo que sea, para pasar el rato. Muchos de nosotros deseamos ver un misterio en la vida o que nuestra vida sea misteriosa, llena de emociones sin límite y luego, no contárselo a nadie, no les dé envidia y me fastidien el enigma que he creado alrededor de mí. Los misteriosos son una clase de personas que no cuentan sus experiencias maravillosas para así, ser todavía más maravillosos a ojos de la gente. Solo dan un detalle, un vislumbre de su vida aventurera y excepcional. Pero todo se les vuelve en su contra cuando se asientan y son como son los demás, gente que tiene hijos y va al bar. Entonces, todo el misterio acumulado en sus vidas se derrumba como un muro fantástico y no vemos ya más que a otro currito más, otro hombre o mujer que madruga para hacer lo mismo que ayer. En fin, un penita.

Lo misterioso de la vida, ¿dónde está? ¿no estará en un vaso de agua? ¿no estará en un apretón de manos? No lo sé.

 Como no sé de qué escribir, voy a escribir del agua. El agua no debe tener color alguno. El agua es transparente, dulce a la lengua, fluye como nuestro alma fluye. Quita mejor que cualquier refresco la sed. El agua nos llena la tripa de frescor, de abundancia hídrica, de satisfacción . El agua es barata, sale del grifo, se embotella para mal en envases de plástico. El agua tiene la bendición de portar minerales para las plantas y para nosotros. En los intestinos y colon, el agua favorece la hidratación y el bienestar digestivo. El agua es esencial para vivir, que no la coca cola. El agua no crea adicción, crea bienestar en nuestro cuerpo. Muchos filósofos han hablado del agua, muchos médicos también. Y la alaban. Es fuente de vida, de placidez. El agua da la vida y la quita si viene mucha, es la castigo que tiene.

Nos comemos el tarro con dietas adelgazantes pero si bebiéramos mucha agua todos los días estaríamos mejor.

 Hoy es un día normal. La gente que tiene que trabajar, trabaja todo el día. Hoy no es fiesta de nada. La fiesta es mañana. Lo que pasa es que hoy por la noche la gente hace una ingesta de comida que no es normal para una cena. Y mañana, también hacen una ingesta impropia de una cena del día anterior. Y así es como la gente celebra el nacimiento de un niño. Que la gente ya pasa de estas historias religiosas y lo usa como una excusa para comer abundantemente. Y hay gente que no cree en estas historias religiosas y "se come un huevo frito". Que casi lo veo mejor que si no crees, ¿para qué te pones como un gorrino esta noche y mañana? En fin. Da la sensación que la gente ha pasado hambre todo el año para ponerse como se pone esta noche. Y no cree ya en nada. Lo único en que cree es en los langostinos y demás. Yo creo que hay que creer aunque sea un poco.

Las creencias son personales o colectivos pero las creencias son importantes como lo es la realidad.

 En "Fortunata y Jacinta" vemos la opulencia de una familia burguesa de Madrid. Para que nos demos cuenta de cómo es la cena de navidad, Galdós dice: "había en la mesa todos los representantes del aire, mar y tierra". No hace falta exhibir en navidad todo nuestro poderío económico. Hay gente que sí lo hace porque tiene dinero para hacerlo. Bien. Pero no se celebra hoy una cita gastronómica, que también. Se  celebra el nacimiento del Hijo de Dios. La vida va pasando lenta, con el detenimiento propio de un voyeur. La vida es como un rosco que va dando su propia vuelta. La vida es diferencia, multitud, variopinta realidad. La vida llega, se queda un rato, aparece durante un tiempo y luego se va, dejándonos inertes. La vida se diluye en una copa, se solidifica en un bocadillo o se amontona en una cena.

Estate tranquilo. Vive la navidad no contando ausencias sino aprovechando presencias. Ríete, canta y come y vive.

 Este era un hombre que era huérfano de padre y madre desde muy pequeño pero tanta era su inteligencia que había hecho una fortuna de millones de euros a lo largo de su vida. Claro. Empezó de botones en un hotel y fue ascendiendo, como hicieron algunos. Las navidades las pasaba con su mujer que no le dio hijos. Este hombre, en navidad, quería estar rodeado de mucha gente y así, pagaba a gente para pasar la navidad con los dos. Pero no podía evitar que esa gente que contrataba no hiciera el papel requerido, ya que eran extraños como él mismo era extraño a la navidad. Y no mostraban afecto ninguno sino que estaban más atentos a los canapés. Este hombre se dio cuenta de ese detalle y dejó de contratar figurantes para la cena de navidad y se contentó con la verdadera amistad de su mujer. Y ya no había más que ellos dos esa noche mágica. La navidad ya ha llegado. El niño nacerá. Sé feliz como muchos son felices. La vida cabe en una mano a veces. La vida no es una noche solo. La vida se recrea en la multitud que somos.

El amor de Dios se siente como el amor que podamos dar a los demás. Demos amor y recibámoslo. Ese es el truco. 

Hoy y mañana son días especiales pero hay 365 días del año para pensar en Dios. Yo ya vivo estos días con distancia. Mi navidad no es como es en los anuncios de la tele. La familia está dividida y más que se dividirá, creo yo. Pero hay que mirar este día con optimismo. Mi hermano está bien y mi padre también. Yo no me puedo quejar. Este año ha sido duro. Esperemos que el año que viene sea mejor. Yo creo que en esta sociedad hay más solitarios que viven la navidad tristemente que las familias perfectas que salen en los anuncios. Yo me siento este año un poco desapegado de todas estas fiestas. De los demás no he tenido noticia. No sé cómo estarán. La gente se va separando, regañando, diferenciando y la navidad hace aguas con esta desunión. Pero bueno. Ya es navidad. Sé feliz. No te importe cómo vivir un día o una noche. Todo pasa. Luego, los días son más normales. Procura estar contento con lo que te toque porque siempre lo hay peor. Y ya digo, es navidad, sé feliz.

En navidad no todo el mundo tiene una familia con la que celebrarla. Creo que con estos está Dios esta noche al no estar la familia que digo.

lunes, 23 de diciembre de 2024

 Una mujer muy de armas tomar se puso a guisar unos cojones de toro bravo. Si no hubiera en el mundo toros bravos, la primera oración que he escrito no tendría sentido. Pero bueno: sigamos. Un cojón salió sabroso y bueno pero el otro cojón salió quemado y de feo aspecto. Como estaba por llegar su marido, hizo una bola de lana y la puso en su plato (del marido). Ella comió de lo que guisó y al marido le dijo que el cojón estaba como la estopa. El marido masticó como pudo la bola de lana y se la comió, cosa que dejó estupefacta a su mujer. Pensó la mujer que su marido estaría un mes sin cagar pero no obstaculizó al marido la ingesta del supuesto cojón de toro bravo. El marido se dispuso a echar la siesta y le entró tal mal en el estómago que hubo de llevarlo al hospital. En el hospital, todo el mundo se extrañó de tener un paciente que comía lana. Pero su mujer no se extrañó, pues conocía a su marido.

Es increíble lo que hace la gente anormal. Es increíble lo que hace la gente normal.

 Había una cosa en el mundo que se llamaba democracia. Parece ser que a la mayoría de la población le gustaba esto de la democracia menos a los antidemocráticos. Había otra cosa en el mundo que se llamaba extrema derecha y claro, había los anti extrema derecha. Había otra cosa en el mundo que se llamaba extrema izquierda y claro, había también los anti extrema izquierda. Y todo este conjunto de extremismos chocaban entre sí y decían unos de otros que eran muy malos. Y uno, al mirar el panorama político, se echaba las manos a la cabeza y decía: qué sindiós, esto no hay quién lo entienda. Y luego, hacía una tortillita de patatas de quince huevos, se la comían entre unos cuantos y mandaban la política a la puta mierda.

Tú come y luego, opinas; que, opinar con el estómago vacío, fijo que conduce al error.

 Paracelso, un científico bastante olvidado pero muy sabio, decía que el egoísmo era Satán. El egoísmo trae muchos problemas a la gente porque no la deja ser humilde, acercarse al otro, ser comprendida. La gente sin apenas estudios es muy radical, muy cabestra en su conducta. La gente común que yo veo por la calle engendra mucho egoísmo por eso, porque está sin formar. Muchos jóvenes emigraron de las aulas por un salario en la construcción, que tan boyante iba, pero cuando vino la crisis, esas personas se quedaron sin dinero y sin una mínima formación. Es una pena ir detrás de un dinero y dejarte en el alero tu futuro; o sea, tu formación no solo académica sino como persona. Y eso es lo que hay: mucho egoísmo entre personas cerriles. Creo que esto seguirá habiéndolo en España y durará mucho tiempo.

Querer soplar y sorber al mismo tiempo no lleva más que a la más pura extrañeza de quien observa este espectáculo.

 En una novela que se llama "El amor en los tiempos del cólera", hay un loro que se escapa dentro de la casa y se pone en una lámpara. El dueño de la casa se sube a una escalera para cogerlo y termina cayéndose y se rompe la nuca contra el suelo. Desde ese momento, yo no he subido más a una escalera excepto las del metro y las del autobús. La vida, aparentemente va normal, pero algunas veces causa chistes en los demás a cuesta de nuestras desgracias. Lo que hay que hacer es no intentar forzar la máquina ni pecar de egoístas porque el egoísmo extremo es de chiste. La vida va normal, ya digo, pero algunos comportamientos extraños e incomprensibles son causa de regocijo en las gentes por eso, porque son incomprensibles.

Mira, por hay va el rico en chancletas y jersey roto.

Déjale, más rico será.

Ya están completamente desnudos de hojas los álamos. Suenan los carricoches de la basura que se tragan esas hojas caídas o limpian las zonas de recogida de desechos. Hasta ahora solo me he repetido en eso de las hojas. Seguiré con un relato breve que cuente nada. De eso va la literatura. Las novelas que leemos sirven para pasar el rato y aprender en último término algo sobre los comportamientos de las personas y cómo solucionan esas personas (los protagonistas y secundarios) esas conductas erróneas. En eso, las novelas, tienen mucho de psicológicas. Y podemos aprender. Sobre todo, cuando el protagonista se va a la ruina personal por su forma de conducirse. Y ya no escribo más. Sé feliz pues la navidad es para eso, para que estés contento y te comas un trozo de turrón y lleves a tus niños a montar en carricoches.

Las historias que se leen no son las que se viven en la vida real pero se les parece mucho.

 De día, aunque no queramos, vamos anticipando la noche. Y esto se debe a que somos animales que debemos descansar. Pero, si en la noche no hay descanso y sí consumición de sustancias alucinógenas y fiesta y alcohol y sexo salvaje, la noche es una trampa para ese animal que debe descansar. Y si se repiten esas noches una detrás de otra durante un periodo de tiempo superior a medio mes, entonces ya podemos preparar el entierro de ese fiestero, de ese crápula que vive la noche sin control alguno y sin reposo. Qué bien escribo. Qué párrafo más bonito me ha salido con una única idea en la cabeza. Yo soy un gran escritor, que a nadie le quepa duda. Yo tengo escrito un libro, "El profesor enfermo", que es a la vez breve y la vez bueno. Leedlo y luego me dejáis en comentarios lo que pensáis de ese libro. La vida pasa, pasa la navidad, pasa agosto y septiembre y pasa el higo y se vuelve pasa. Sé feliz, no cuesta tanto, Dios y tus amores te quieren feliz.

La gente hace muchos excesos, pero lo típico del ser humano es el equilibrio.

 Me pasa todos los sábados por la noche. A eso de las diez, me siento triste. Paseo por la casa, como alguna golosina que he comprado a lo largo de la semana, veo un poco la tele, me siento a leer alguna novela y no me concentro en nada por mucho tiempo. Vuelvo a pasear por la casa, miro por todas las ventanas a ver si veo algún vecino que también le pase como a mí o me pongo el abrigo y salgo a la terraza a ver si localizo con la vista algún viandante que me consuele un poco de esta tristeza que se me mete al fondo del corazón. Algunas veces, sí que veo a alguien con prisa por la calle, como si fuera a una fiesta (eso quiero pensar). Entonces yo recuerdo a la última fiesta que fui a casa de un amigo y empiezo a recordar todo lo que hice en esa fiesta y mi corazón se apacigua un poco, se siente un pelín más fuerte. Cuando dan las once, me acuesto y listo. Al otro día por la mañana me pongo frente al espejo desnuda, me miro mis enormes tetas y me siento muchísimo mejor.

El corazón hundido en el pecho tiene la peculiaridad de que puede salir de ese hundimiento en cuanto te aprecies un poco.

 Esta mañana he ido mirando a la gente por la calle y cada uno iba a su bola como yo iba a la mía. Las familias de hoy en día discuten y no se vuelven a ver el pelo. Que si me has traicionado, que si me has mentido, dice el mentiroso a otro miembro de su familia. Pero yo lo que veo es que mi familia, por estas fechas, se divide. Ya no estamos en esos años en que yo era jovencito y nos juntábamos todos. Ahora hay facciones, como en la guerra. Unos se dejan llevar por remordimientos, por falsos victimismos. Si hay algo en esta sociedad nuestra es lo de hacerse la víctima aunque no salga rentable. Todo el mundo se hace la víctima. Bueno, mañana es nochebuena. Ya puedes ser feliz. Ponte un gorrito rojo, di eso de hu-hu-hu. Practica el turronismo y el mazapancismo. Sé feliz como puedas y hasta el año que viene.

Las mañanas de invierno suaves recuerdan un futuro primaveral muy dulce.

 Esto era un joven nihilista que paseaba por la Puerta del Sol y se iba diciendo a sí mismo: "todo esto será mío y si no es mío, pondré una bomba y no será de nadie". Luego paseó por Carretas y se iba diciendo: "todo esto me pertenecerá o pondré una bomba y nadie lo poseerá". Entonces, se tropezó con una señora. La llamó de todo, hasta miserable, por haber chocado con un imperio hecho persona como era él. Y el joven nihilista siguió pensando en estos términos hasta que llegó a casa, se sentó a ver la tele y pensó: "yo no creo en nada, es malo creer, es malo querer a alguien, es peligroso ser amigable con la gente. Y se hizo de noche y el joven nihilista se quedó dormido viendo la tele. Se despertó a las 4 de la madrugada atontolinado, se metió en la cama y a las 8 se levantó para ir a a trabajar al supermercado pues era cajero, un cajero nihilista y ceniciento.

Hay gente muy pesimista y cenizo en la vida que no cree en nada.

Hay gente que da pena por no saber amar a nadie.

domingo, 22 de diciembre de 2024

 Esto era una cosa que se llamaba sanchismo y se extendía por toda la patria. El sanchismo daba mucho de qué hablar. Todos los días, había una multitud de periodistas que hablaban del sanchismo. El sanchismo era malo y era bueno, era democrático y antidemocrático, era uno y muchos. En fin, qué cansino era esto del sanchismo. Yo ya me estaba cansando de ver al sanchismo en la tele y en los periódicos todos los días. Qué tostón, madre mía. Yo lo que quería ver eran ministras guapas, dijeran lo que dijeran, pero no había más que un sanchismo rampante todos los días. Qué pesadez, casi era angustia ya esto del sanchismo. A ver si se va el sanchismo a tomar por culo de una vez, es que no aguanto más. Muera el sanchismo, viva el Martínez, el Rodríguez pero ya estamos hartos  del sanchismo.

El sanchismo ya no lo entiende nadie.

Viva la rosa!!!!!!!


 Un hombre iba a una asociación. Le llamaremos Pedro. Iba los martes y se juntaba con otros hombres y mujeres. Los martes decidían qué hacer los sábados. Luego todos se iban a sus casas. Un día, Pedro llamó a un hombre de la asociación. Le dijo que si quería tomar un café. El hombre de la asociación le dijo a Pedro que estaba muy ocupado oyendo música. Llamó Pedro a una mujer de la asociación. La mujer de la asociación le dijo que estaba ocupada oyendo música. Pedro no quiso insistir más. Bajó a la calle y charló con Alfonso, un hombre que no era de ninguna asociación y daba de comer a los pájaros por las tardes. Y charlaron y se tomaron un café. Y Pedro no volvió por la asociación.

Asóciate a una asociación.

Y la asociación no tendrá tiempo para ti nada más que cuando estés asociado. Qué gilipollez.

 Este era un tipo como cualquiera, bastante aburrido, que se tumbó una noche a dormir en su cama y se miró para dentro y se vio triste y mísero. Empezó a darse cuenta de lo banal que era su vida, de lo poco que tenía, de la esperanza que se moría a sus pies de su vida. Empezó a darse pena, mucha pena, dolorosa pena casi hasta lo físico. El dolor de su pena se archivó en un costado pero no terminó de acabarse. El dolor de la pena que sufría este hombre aburrido le llegaba al pecho, al estómago, a la garganta. Se levantó de la cama y se fumó un cigarrillo. Sabía que había otros como él, que maldecían sus vidas, que lloraban por la noche su desconsuelo. Y no podía dormir. El dolor de su aburrimiento no le dejaba dormir. Estuvo toda la noche en vela rumiando su tristeza y cuando vio amanecer, se sintió otro y salió a la calle y saludó a un amigo que iba al trabajo y él mismo fue al trabajo y se sintió alegre porque la noche acabó o porque el día empezó, no se sabe muy bien.

Algunos duermen inquietos, con pesadillas

y otros tienen las pesadillas en la vigilia.

 Qué bonito es cuando has estado en un centro comercial donde la gente se atonta y luego coges el coche y avanzas y ves un bosquecillo breve pero sonoro, con el sonido del silencio que te llama y acudes a él y por encima suenan los pájaros, una bandada grande y hermosa. Y en los pinos tú ves la soledad de los árboles, unos con otros y paseas por ellos y vives ya de una vez. Y te empapas de esa su luz verde claro, y andas el camino entre ellos y allí anida el silencio como anida en tu corazón por un tiempo único y feliz. Y sabes que ese sitio será tuyo como es de los pinos tranquilos, de las grajas que graznan, de los graciosos alfileres que colman la breve copa de esos árboles que duermen la tarde por encima de tu cabeza, por encima de ti, por encima de todo. Y es un trozo de Dios el que se manifiesta.

Bosquecillo amado:

quédate donde estás, no te muevas, no llores de soledad, te veré otro día.

 Aquel instante feliz de la paz de los árboles. Aquel sosiego de madera viva. Aquel verde mullido que generaba satisfacción plena. Todo se juntó en pocos minutos abatidos por la bandada de grajas que cubrió el cielo de negro. Sonaban los graznidos, sonaba el apaciguamiento del rostro y los músculos, no sonaba nada al cabo. Sonaban las agujas de los pinos, sonaban todos los mares de la península pero no sonaba nada al cabo. No sonaba nada al cabo porque no había cielo que guardara tal sonido o voz o canto. Pero había un sonido parecido al silencio que sonaba como las estrellas cuando se miran unas a otras. Sonaba una canción, el estribillo de la naturaleza, no sé, sonaba como una especie de silencio. Sonó la vida libre de cosas, libre del dinero, libre de las gentes, pero no sonaba nada al cabo. Sonaba, eso sí, un eco, la paz de los árboles, el silencio somero con los caminos al lado. Sonaban unos graznidos, sonaba el sigilo de la tarde junto a los pinos. Creo que sonaba un pedazo de Dios.

Me quedo con la vida.

La vida está llena de ocasiones para vivir, nunca mejor dicho, nunca mejor explicado.

sábado, 21 de diciembre de 2024

 En el fino y mojado aire, yo no encuentro inspiración. Hoy debería largarme a algún sitio más o menos lejos, donde el viento sople de otra manera. Un paseo por Madrid estaría bien, esas calles llenas de renombre, de renombre de poetas y caballeros del acero. Quevedo anduvo por sus calles y luego pasó frío, encerrado y con miedo. Todos daremos el último aliento ante un Dios que nos quiso. Todos damos pasos acertados o milimétricamente tontos hacia la vejez. Todos pasaremos por el aro del desamor. Nada parece que hay para siempre. Las gentes cercanas se rompen por el vil metal. Las gentes cercanas no se sabe ya lo que hacen ni lo que dicen. Yo tengo una carta vuelta hacia arriba y  parece el siete de bastos, parece un dolor en la sien muy fuerte. Vivir el presente es fácil, lo difícil es vivir el futuro. Hay gente que tiene mucho dinero y no lo gasta y hay gente que, no teniéndolo, lo gasta. La gloria del mundo pasa, por tu calle yo he andado y no te he visto en el balcón.

Morir lleno de petróleo o nieve o lleno de dolor

no es lo importante. Lo importante es haber gastado el deseo en esta vida estrafalaria.

 Hoy me he despertado mal, lamentando el hecho de fumar, lamentando el hecho de hacer siempre lo mismo, lamentando mi pobre vida. Pero he quedado con un amigo y, a lo mejor, ese amigo me anima la mañana. Los duros esquinazos de las calles rompen el deseo, haciéndolo imposible. No es mal sitio este para pasar las navidades y el verano. Las cosas suceden, las cosas amargan, las cosas te atrapan en un saco donde no ves nada. Me vacío por dentro. Paso el tiempo contando las veces que el mar me ha rehuido. Paso el tiempo contando las fruslerías de la mañana, las penas del no ser o no hacer. Paso el tiempo pensando en cómo dejar al doble de mi persona solo ante la casa. Pienso que la vida no me regala nada, no me da facilidades para escapar del hoy, del preciso momento del lamento oscuro.

Veo vibrar ropas al viento, veo surgir la marea, veo luces al fondo

para, al final, no ver nada, nada de lo que enriquecerse por dentro.

viernes, 20 de diciembre de 2024

 Aquí hablé un día de la tilde diacrítica. Es un tema fácil de exponer. Pero hay temas lingüísticos que son difíciles de exponer en unas líneas porque necesitan unas explicaciones muy largas. El lenguaje es lo que tiene, que es complejo. Lo que hablamos lo hablamos espontáneamente, aprendido de los que nos rodean. Un día, aprendemos un refrán y damos vueltas a su significado. Otro día, hablamos y cometemos un error lingüístico y no nos damos cuenta de él. Por ejemplo, yo conozco un señor que dice: "contri más hablo, menos caso me haces". Contri no existe en el lenguaje español. Debe decirse: "cuanto más hablo..." Pero bueno. La cosa es que nos entiendan y entendamos al otro. Este verano oí yo una expresión que no había oído nunca y es: me hallé con fulano. Nunca había oído yo ese empleo de hallar. Me gustó mucho la expresión. Es muy bonita. Y así, hay usos verbales muy poco conocidos que son un hallazgo comunicativo. La lengua es muy compleja, repito, y haberla conocido, me ha gustado mucho a lo largo de mi vida académica y como usuario de ella en una comunidad de hablantes.

El lenguaje, las primeras palabras de un niño; luego, tener sensibilidad para conocerlo y amarlo.

Es todo muy bonito y divertido y ameno.

 Me gusta cómo define Battiato la relación del hombre con el dinero. Dice: "somos bisnietos de su Majestad, el dinero". El dinero tiene una fuerza loca en la humanidad. Sirve para casi todo. Nos alegra ganar dinero. La primera nómina de nuestro trabajo nos llena de orgullo y satisfacción. Decimos que nos quitan dinero los impuestos para que haya carreteras y hospitales y escuelas. Haz una escuela y cerrarás una cárcel, dice el dicho. Y todo, a base de dinero. Inversiones, las llaman, pero es puro dinero. Hay personas para las que el dinero es la última explicación de la vida, unos por mezquinos (quieren ser los más ricos del cementerio) y otros porque han ganado tanto dinero en sus vidas que sus vidas se traducen en millones de euros. Pero todos, todos y yo también, amamos el dinero. Somos sus bisnietos. No podemos sustraernos a la fuerza que tiene el dinero. Nos da estatus, ropas anheladas, comidas buenas, bienestar. Está bien querer dinero para mejorar nuestro presente pero si es para coleccionarlo, estamos haciendo el tonto. Y, si es para derrocharlo, como si perteneciéramos a otra clase social más alta que la nuestra, también estamos haciendo el tonto. Hay que tener una relación sana con el dinero, no crearnos locuras ni una estupidez económica vital.

Yo tenía un hermano que se creía un famosillo derrochador.

Y tanto derrochó que vivió una vida de necesidad constante.

 Mientras leía el periódico, una pareja se ha puesto a hablar en inglés, un inglés con acento fuerte español en él, que no en ella. Ella hablaba un inglés bastante ortodoxo. Me he levantado pasada una hora de mi primer cigarrillo y me he venido a casa. Hoy hace su presencia el sol. Hoy es un día para celebrar que estamos vivos. En el periódico he leído a un joven cuyo padre murió a los 49 y su madre, a los 66. No tiene ganas de celebrar la navidad, pues, ese joven. La vida siega vidas a su paso, no deja títere con cabeza y, los que disfrutamos de una familia, debemos estar muy felices, muy felices y dar gracias a Dios, pues, en última instancia, todos dependemos de algo. Llámalo energía. Pues será la energía, pero dependemos de algo superior, eso está visto. Cada uno de nosotros no se sostiene él solo sino que le sostienen una serie de circunstancias que no la ha puesto él, sino algo mucho más poderoso que él y que todos los demás. Será un ente inteligente o será una casualidad, pero somos accidentales en la Tierra.

La harina lleva un trabajo dirigido por el hombre.

Nosotros somos harina dirigida por un ente superior.

 Resulta que ahora, todos los escritores tienen premio. A todos les alcanza las dádivas de un ayuntamiento o un organismo estatal o fundación literaria. Acabo de leer una entrevista a un escritor, cuyo nombre ya he olvidado, que se ha tirado 7 años para publicar una novela sobre los algoritmos, la inteligencia emocional y un futuro distópico. Menudo rollo debe de ser. Y además, me figuro que tendrá 500 páginas. Cualquiera se lee ese tocho. Ya dijo Gracián que si lo bueno es breve, dos veces bueno. Como mi novela, "El profesor enfermo", que, imitando a "El lazarillo de Tormes", es una novela autobiográfica de servicio a varios amos y de conocimiento interior del que la escribe. Y es breve, insisto. Y con muy buenas valoraciones. Atrévete, lector, a leerla y conocerás un mundo que es muy poco conocido como es la profesión de profesor. La vida se va pasando y todos vamos en pelotón hacia no se sabe dónde. Seremos viejos si una enfermedad no nos aparta de repente del camino y, siendo viejos, seguiremos aprendiendo en esta vida de locos y aprovechados y psicópatas y almas nobles.

Mis ojos se llenan de la fugacidad de la vida.

Para que aprendan siempre que los días nos llevan a algún sitio importante.

 El sol brilla para que yo sea yo y gire alrededor de él. El agua me da el sabor de la vida y la bebo dulcemente. Sin agua, tampoco yo sería yo. La tierra que piso me hace yo mismo, con mis esperanzas y mis miedos al futuro, a las personas, a los fenómenos meteorológicos. Si no existieran estos elementos que han existido desde el principio de la humanidad, ni yo ni nadie podría existir. Así que demos gracias al sol, al agua, a la tierra que nos sostiene y quizás a Dios, que, por averiguaciones, quizás sea el creador de esas sustancias tan vitales. Y si no crees en Dios creador, cree en la casualidad que hizo todo posible, aunque a mí me parece que no puede existir casualidad en algo tan matemáticamente exacto como es este mundo. Los comunistas no creen en Dios porque creen en el obrero o en el sexo fluido. Pero yo digo que, si existimos, es por alguna razón que se nos escapa a los seres humanos, no es la simple casualidad de lo creado. Yo quiero creer que los seres humanos somos un plan, cada uno de nosotros obedece a una causalidad que desconocemos. Ojalá la gente dejara de luchar por la izquierdas y las derechas y se diera cuenta del milagro que significa haber sol y haber agua.

En el cuarto de un estudiante

las estrellas, el sol, las nubes se dan la mano y empiezan a tomar forma intelectual.

jueves, 19 de diciembre de 2024

 Un chico quiso hacerse chica desde que tenía uso de razón. Los padres transigieron o no porque la decisión es del trans. No sé cómo es el proceso muy bien, pero creo que les inyectan hormonas. Le inyectaron hormonas. Y él/ella se sintió bien por primera vez después de mucho tiempo. Tuvo un novio con el que salía. Las relaciones sexuales entre los dos eran un poco raras, pero eran. Hasta que el novio la dejó. Y cayó en una depresión profunda de la que salió deseando tener tetas. Y le salieron tetas porque fue tratada para tener tetas. Y ya parecía una mujer de verdad cuando se murió su padre. La economía familiar se hundió. Ella no aportaba a la familia más que lloriqueos y malas caras. Una hermana que tenía se fue a Inglaterra. Más angustia económica. Comen muchos bofes su madre y ella. Y muchos sopicaldos. Y ella no es capaz de hacer ni un duro. Su madre se va con un señor a Murcia. Ella no entiende nada pero tampoco trabaja en nada, preocupada como está por su sexo, pero la película del sexo ya pasó hacía mucho tiempo. No se sabe cómo acabó esta mujer trans. Su madre le manda una postal todos los años por navidad.

Quiero ser mujer. No me gusta ser hombre.

Era un error. Quiero ser hombre otra vez. Hormonas: ya no es posible el regreso sexual.

 Ya ves qué tontería: llenarte de humo los pulmones que te va asfixiando, que te va matando. Pero como dice la Celestina: viva la gallina con su pepita. Las vidas son unas y singulares. Hay gente que se muere por el vino o el café. Hay gente que se obsesiona con correr 40 kilómetros en un tiempo determinado. Hay gente que colecciona relojes. Hay gente que escribe blogs. Y hay gente que se va muriendo sin tener un solo vicio. Las gentes van pasando, vienen otras gentes con otras costumbres, otros credos, otras opiniones. Viene gente mala para el país, viene gente a la que se le da de todo y no lo agradece siquiera. Los días pasan y las noches pasan. El calor de la hoguera languidece. La alcuza se llena y se vacía en cuestión de horas. Ahora hago una tortilla; después, un cocido. La pena se estremece en el costado, creando una llaga. Vendrán días estupendos para la canalla y para los que creen en el amor. Todo pasará. Todo pasará.

El ángel derribado remonta al cielo, sube con ansias, sus alas perviven.

El mal no dura cien años.

 La nieve ya no nace nunca. La nieve está escondida entre esa neblina alta y sucia de contaminación que hay en lo alto del cielo. La nieve se reporta, se achica en su mísera condición de nieve blanca oculta. La nieve no aparece para no darnos la alegría de lo blanco y frío. Los hombres del tiempo, todos ellos reunidos y confabulados, anuncian la nieve pero la nieve no viene aquí, tan bajo, tocando el nivel del mar. Cantamos al frío como envidiosos de Dios, que lo puede todo a pesar de los ateos. Cantamos al ser supremo, sobrenatural que está llegando pero la nieve no llega. Nos disponemos a pasar el invierno festivo, a pasar las luces por nuestros ojos ateridos, pero la nieve no aparece. La nieve se acurruca en las nubes descreídas y el meteoro no la deja caer sobre la tierra. La nieve no está. La nieve alcanza el deseo de no caer en copos densos como los testículos de la urraca.

Prado de amena primavera, prado de luz y de armonía:

no dejes que te pisen esos imbéciles ultras y te arrojen al invierno otra vez.

 Voy a hablar de mi libro: "El profesor enfermo". Allí cuento mi vida en 17 institutos que me recorrí sin descanso durante 20 años. Cuento cómo yo no sabía nada de hacer teatro pero hice teatro. Cuento cómo di clases sin saber dar clases. Y cuento cómo son unas oposiciones a profesor de secundaria. Y cuento mi amor por los libros y los alumnos que me tocaron en suerte que fueron tantos que no cabrían en un hangar. Cuento de la sintaxis y de la semántica, de las oraciones subordinadas y de la tilde diacrítica, de Lorca y de Lope de Vega. Todo va muy fluido, como el sexo de los tontos, todo va muy rápido pues el libro es breve. Y todo cuenta de ocupar un cargo en cada instituto que pisé, un cargo duro de llevar a veces y lo bonito es que llegaba la primavera y daba gusto madrugar para dar clases. En el tren, en el autobús, en el metro. 20 años locos, amenos, dichosos y bonitos de vivir. 20 años que me formaron, me dieron alegría y buen humor para vivir la vida que ahora vivo, distinta y distante de esas aulas buenas alborotadas y locas.

La escondida verdad dormía la siesta.

Y la despertó un ruido de mentiras asquerosas, de ruidos durísimos, de imbéciles autoritarios.


 Bajan las cumbres alas de águila para ir mirando la presa desde arriba. Las amenazas son unas cuantas, ultras, radicales, rompedoras de lo tradicional, de lo que siempre hemos comprendido y aceptado. Se agazapan en la resolución de problemas en un instante, quitando y dando y viviendo como Dios. Son esos que hacen y deshacen desde las normas trabucadas, desde lo que es raro de entender. Y han fracasado un poco pero todavía les queda cuerda para estar molestando y opinando, diciendo y amenazando a lo bueno y santo que hay en esta tierra. Pero les queda poco porque en el próximo envite perderán lo poco que tienen. Son un peligro, son los buitres de la mierda, lo peor que hay en la sociedad, lo malo representado en unas bocas mentirosas, aciagas, malditas. Ya pronto no saben qué hacer, ya pronto serán eliminados por esos que creyeron en ellos y no se sabrá ya más de ellos pero sí del daño que hicieron. Morirán, morirán con esa cara de asco continua, con esas exigencias asquerosas, con ese ultraísmo perdedor.

Una lengua enfática ha hablado estos años de atrás.

Ya no volverá a hacerlo porque es mentira el énfasis que había.

 Era una mujer muy ampulosa que torcía mucho el cuello, que se hacía retratar una y mil veces, que presumía más allá de lo indecible. Era un icono de lo homosexual, de lo trans y de lo femenino. Era una cara llena de pringue a una cámara de fotos pegada. Era lo superlativo de lo superficial, era una careta de carnaval continuo. En fin, era una mujer muy cineasta, muy cinéfila y cinemática. La vida va pasando y nos abandonan muchas gentes famosas. La vida va pasando y la gente va cumpliendo años para estar cada vez más cerca del precipicio. La gente ingresa en una residencia de ancianos y allí va muriendo como muere una nuez, un guisante, una zanahoria. La vida va pasando y nosotros, si no lo impedimos, somos pasto de otras voluntades, de otros planes, de otras gentes que hacen con nosotros lo que quieren. Pero a mí me parece que me queda cuerda para un rato, me queda sedal, me queda quesito, me queda libertad. La ancianidad mía no sé cómo, cuándo, dónde será. Ojalá en un sitio donde haya cultura, unos libros guardados para pasar los últimos ratos.

Alba y agonía van juntas en el mismo día.

En el mismo instante que una vida pasa.

Estoy en el ambulatorio esperando a que me pongan una inyección, la maldita-bendita inyección mensual. Cuando me la pongan me largare a Las benditas -malditas Rozas e iré andando y volveré andando, cosa que no hace todo el mundo. La gente se cree que es divertido vivir así pero no, se equivocan mucho . 

miércoles, 18 de diciembre de 2024

 Paco dice que no está ya para hacer muchos kilómetros con el coche. Me tengo que buscar otra vía para ir al mar. Un autobús, el AVE, no sé. Lo peor es ir yo solo. No me atrevo. Pero puede que si me veo con ganas, lo haré. Iré con un grupo de viejos o no tan viejos, iré a la madrugada o iré por la tarde. Iré a ese bancal de arena aunque me cueste salir de mí mismo, de mi temor al viaje. Faltan seis largos meses para que llegue el verano. El verano se pasa de cualquier manera. ¿Por qué no viajando? Los alhelíes no precisan de un amor fuerte para florecer. Los naranjos se agotan en febrero. Los olmos no dana nada. Me sujeto a la brocha y quiero dar algún brochazo pintando mi vida de azul. La navidad está ya. El martes que viene, de noche, cenaremos en buena compaña, sin discutir, sin alharacas, sin dar mucho la nota. Hay que ser feliz. Cualquiera es feliz si piensa adecuadamente.

Los viajes llenan de aire los pulmones,

un aire nuevo, un aire medio salvaje, un aire grande y feliz

 Hubo un tiempo en que un señor se mentalizó para no creer en ningún poder. Ni poderes religiosos ni políticos ni judiciales ni policiales le hacían mella. Se conducía por la ciudad despreciando a aquellos que sí creían en algo, en algún poder. Y este hombre entró un domingo en la iglesia y dijo: todo es mentira lo que dice el señor cura. No existe el poder religioso ni de Dios alguno. Y se fue. Y siguió la misa. Entonces este señor se fue a una comisaria y dijo: el poder policial hay que derribarlo y se enfrentó a un policía y, señalándolo con el dedo, le dijo: eres mentira con uniforme. Y le dejaron irse porque creían que era un loco. Pero no estaba loco. Lo que pasaba es que no admitía poderes en el mundo y por eso, se creía en el derecho de dar la nota. Fue a un mitin y chilló: todo es mentira. Este no es un líder político, es una marioneta. Y se fue a casa, donde no había cuadros ni velas ni banderas ni nada. Y se le ocurrió hacer una huelga de hambre y se quedó tan flaquito luchando en contra de todos los poderes que se murió de hambre. Solo tenía una hermana prostituta en Orense. Vino esta mujer y su hijo y le enterraron sin cruces, sin oraciones, sin nada de eso porque ya sabía su hermana de qué pie cojeaba su hermano. Y este hombre no pasó a la historia, como cualquiera de nosotros pasaremos sin pasar.

Una flor unánime surgió en invierno, equivocándose.

Pero la naturaleza tiene esos equívocos.

 En el periódico, un periodista torpe, habla del "pedigrí" de la sagrada familia. No he seguido leyendo el artículo. Yo creo que el pedigrí pertenece al ámbito de los animales. Hay gente que se cree que, porque se meta con la religión, la va a derribar de un plumazo, como Voltaire. La gente es ilusa. La religión es algo que hay que tratar con respeto, me parece a mí, por ser una creencia universal y válida para muchos hombres y mujeres que han sentido esa llamada de la fe que a lo mejor solo les hace ir el domingo a misa. Otra gente va a congresos delirantes donde se habla de lo woke o de la ideología de género. Eso sí que me parece un invento que ha traído el absurdo de los niñes y de los todes. Los trans tienen su solución en esta sociedad como la tiene la creencia religiosa, pero no todos debemos pensar la misma cosa porque se transmita desde las instancias del poder. Poderes hay muchos y uno es un periódico que no hace más que hablar de las pobrecitas mujeres, los pobrecitos homosexuales y los pobrecitos trans. Y no quiero seguir porque me aburro. La navidad es ese periodo en que se come mucho, se tiran cohetes al cielo y se dice eso de feliz 2025, en este caso. Sé feliz como todos pretendemos y no te quejes de la celebración de un hecho religioso.

La religión es un hecho de fe que no todos siguen.

Pero es muy importante para ciertas personas así que no la critiquemos.

 La gente debe preocuparse de su salud corporal. Yo me tengo que preocupar de mi salud corporal y mental porque padezco una enfermedad grave y crónica. Yo no me levanto como otros sin pensar en las traiciones de la mente. Puedo despertarme triste por efecto de las pastillas que me tomo por la noche, puede darme ansiedad para toda la mañana. Cualquier acontecimiento que se inmiscuya en mi rutina puede provocarme un temblor mental. La gente no, la gente bebe alcohol, se mete drogas, baila, ríe, trasnocha y no le pasa nada. A mí sí me pasaría, por eso no lo hago. Tengo muchas limitaciones. Viajar, que me gustaría mucho, se vuelve una tortura al pensar que una vez en destino me podría dar un crisis y a ver dónde me metería, a quién acudiría. La vida es así de dura: lo que te toca te ha tocado y no hay lotería que lo arregle. Yo he llevado una vida de estrecheces vitales, valga la redundancia, por esta puta enfermedad. Y además, he sufrido con la enfermedad de mi hermano. Somos dos enfermos que no pueden hacer lo que desean: ni beber, ni viajes, ni trasnochar.

Dormir te puede privar de la realidad de las auroras.

Pero, ¿para qué quiero yo las auroras?

 He leído por ahí que la inversión de compañías en España, empezando por Aragón, va a ser muy fuerte. España está situada estratégicamente en el mapa del mundo. Necesitamos que haya trabajo a ver si se acaba con esos 3 millones de parados que es un sangría para el erario público. Deberían formar a los parados para esa inversión que va a venir. Este gobierno no se sabe si durará o no. Este gobierno pretendía la transición verde y lo ha realizado. Todo es sostenible. Lo dejas de pie y no se cae. Y resiliente, duro como la piedra. A ver si con este gobierno u otro que entrara, España creciera como debería, dando el salto de un país con una economía como una moto a una economía sin tantos rollos políticos estilo Franquestein. La política en España es irrespirable. Están las periferias acogotando al poder central de una manera vergonzosa. Eso tiene que acabar y si se acaba pronto, mejor. Bueno. Es navidad. Decía un señor en un bar que, cuando sale el gordo de la lotería, empieza la navidad. Esperemos al domingo, ya verás qué jarana. Mazapán, poco. Es muy calórico. Sé feliz aunque te cueste tu honra.

Es hora de que los asuntos salgan a la luz.

Cuando salgan, todos nos alegraremos y no habrá más cosas judiciales chungas.

 Tenía yo antes una despreocupación grande por las cosas, por las noticias, por lo que ocurría en el mundo. No estaba yo preocupado por la política exterior ni interior. Me daban igual los políticos y los periódicos y los adláteres. La verdad era que yo iba a lo mío, que en aquellos tiempos era ser escritor. Yo quería ser escritor y describía la cara de un señor de mi pueblo y me creía importante. Describía la plaza de mi pueblo y no me importaba nada más que eso. Pero luego, llegaron las izquierdas y las derechas, que si yo debería ser de izquierdas porque pertenezco al mundo obrero. O debía ser de derechas porque los de izquierdas eran corruptos y torpes. En fin, que no me aclaraba. Pero yo ya me iba preocupando si moría un famoso actor o actriz, cuando antes me daba igual. Luego, todas estas preocupaciones se mezclaban con el hecho de que yo cumplía años peligrosamente y mi salud me importaba más, tenía más conciencia de mi enfermedad crónica. Ya no me llamaba la atención la lejanía, ya no me gustaba tanto crear historias, ya no era yo el que era, el que se saltaba las noticias a la torera.

Si cumples una serie de años.

lo que te motivaba ya lo haces a la fuerza, no por gusto.

martes, 17 de diciembre de 2024

 Los pasos nos han llevado cerca, a unos bancos, a fumar. No se veía mucha gente por la calle. Los autobuses que venían del hospital me recordaron una historia. Sonaba la canción de "El crack", película de Garci, en mi mente. Dormían ya los pájaros después de haber dado su tabarra y su graznido. Llegamos a casa. Me puse las zapatillas. Me despojé de mi abrigo. Bebí agua. Y las luces de navidad seguían luciendo, luciendo. Por cuatro cuartos, comeremos cocido el jueves y por cuatro cuartos, pasaremos las navidades. No hay regalos que hacer, no hay regalos de nadie. Las primaveras nos han llevado aquí, a los árboles mondos, las hojas por los suelos. Las primaveras son dañinas en mi casa, lo dejan todo perdido. Me iré a beber más agua.

Una vela débil como la conciencia de la mala gente

alumbró, torpe, un día mi mente.

 Si me centro en algo literario, olvidaré la ruina de este mundo. Me voy a centrar en un personaje de Gabo que hacía desfallecer de amor a todo el mundo masculino. Mientras esta mujer se bañaba y era observada por un hombre, al hombre le daba un ataque al corazón de estar viendo tanta hermosura y moría en el acto. Otro personaje de Gabo es el general que se pasaba la vida haciendo pececillos de oro en una cueva insondable de la selva. Y otro personaje de Gabo es Melquiades el gitano, que trajo el hielo a Macondo y los telescopios y los microscopios y una lupa inmensa con que hacer fuego y también trajo el olvido a los de Macondo. Hay que olvidar y pasar, pasar de todo y de todos, no sentir ni un átomo de tristeza por otros. Hay que leer novelas y poemas. Hay que vivir la vida, no pensarla. Hay que ir a la carnicería para hacer un cocido. Y hay que sufrir lo menos que se pueda.

Personajes bonitos: las gracias sean dadas a ellos

para pasar bien la vida.

 Hay actos que son vituperables pero si uno no los ha cometido y se olvida de esos que han cometido esos actos pues mejor. Yo procuraré pasar página de todos estos que no descartan oportunidad para aprovecharse. Los olvidaré. Trataré de no pensar en ellos. Y punto. La manivela del hombre barbudo funcionaba muy bien, pero se atoraba cuando deseaba más de la cuenta. Los alcázares de la miseria todavía se pueden ver en algunos barrios donde venden cosas para pasarlo bien. Las mujeres púdicas e impúdicas entran en el mismo saco llamado la vida. Dormir hasta el atardecer ahorra muchos disgustos matinales. La pena es la pena y gente penosa la hay a raudales, pero no pensemos en ella. Soñé que me soñabas pero solo fue una máscara de mí con la que soñaste. Voy a despedirme diciendo que me importa un ardite saber de las gentes y de sus delitos. Prefiero las uvas a Vivaldi, prefiero una manzana a Chopin.

Mira qué ave más primorosa está en la terraza.

¿Realismo mágico? No. Una urraca como un demonio.

 Pasemos a otro tema más agradable. La lotería trae mucha ilusión a mucha gente. No voy a criticar el alma de lotería que es amor al dinero, solo que, cuando toca a personas que les hacía mucha falta, creo que todo el mundo se alegra. La lotería, que este año caerá el domingo, quizás cambie la vida de mucha gente o de poca gente pero seguro que si ganan 400.000 euros, podrán pensar en la vida de otra manera. Y es por el efecto del dinero. Así que yo, que critico a los que solo piensan en el dinero, me retracto un poco con los acontecimientos como estos de la lotería. Ganar dinero se gana con el trabajo o, en mi caso, con una pensión y una enfermedad grave y crónica por delante. Luego, si me tocara la lotería, la gastaría en viajes. Iría en taxi a todas partes, fumándome los euros. Pero sería un dinero limpio, que no molestara a los de mi alrededor.

Si tú te llenas de un dinero que no es lícito

serás criticado invariablemente.