Son las once treinta. No ocurre nada. Demasiado sol y demasiada temperatura en este invierno falso. Primavera en febrero. Al lado del ladrillo, en altos árboles desnudos, los pájaros pían. Vendrán más días como vienen las nubes, como viene el telar del cielo, como viene el sol con su relumbre. El otro día estaba yo hablando del tiempo con un señor y el señor me dijo: "ya lo pagaremos". No sé cómo habíamos de pagarlo pero me imagino que con unas malas cosechas porque no llueve. La sequía ya hace estragos en regiones enteras. Se mueve el mundo. Las penas y las obsesiones las llevamos los seres humanos allá donde vamos. No se nos quitan fácilmente. Leyendo, dando paseos, viendo una peli nos olvidamos de esos pesares mentales. Luego, vuelven.
Un pensamiento que no se va es una obsesión.
Hay que saber vivir con ella.
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