jueves, 8 de febrero de 2024

 Algo de humor vendría bien en este blog que siempre cuenta cómo pasa el tiempo y otras cosas naturales pero que inducen a la tristeza. Voy a contar cómo se levantó Homero de la cama y deseó encontrar en la mañana a un semejante con el que hablar un rato. Antes leyó el horóscopo: "tendrás un encontronazo que conducirá a una amistad". Virgilio, por otro lado también leyó el mismo horóscopo, pues era del mismo signo que Homero. Virgilio pensó qué tipo de encontronazo sería aquel. Lo averiguó cuando en la puerta de la cafetería se dio un golpe en la cabeza contra la cabeza de Homero, que iba medio dormido. El golpe le despertó. "Perdone usted, no le he visto." Virgilio se frotaba la cabeza. Recordó el horóscopo. Un encontronazo. Ese debería ser el encontronazo. Por una vez, el horóscopo acertaba. "Le invito a un café por mi torpeza." Y Virgilio accedió pues se acercaba el momento de la amistad tras el encontronazo si no fallaba el horóscopo. No he aclarado que los dos protagonistas de esta historia eran escritores. Y profesores. Y eran acuario los dos. Y habían leído los dos el horóscopo antes de salir  a la calle. Mayor coincidencia no cabía en el mundo. "¿Sabe usted que mi horóscopo me anunciaba un encontronazo?" "A mí también", indicó el otro. "Todo esto es mucha casualidad". El caso es que se liaron a hablar de libros y escritores antiguos. Y la conversación fluyó muy alegremente. Pero Virgilio dijo que El Quijote estaba muy sobrevalorado, que no era para tanto. Y Homero se enfadó y le llamó a Virgilio follón y malandrín y la conversación empezó a fallar. Y más cuando Virgilio dijo que Dulcinea era una creación demasiado artificial. Entonces es cuando Homero ya le dio un papirotazo a Virgilio en la cabeza con el periódico, alarmando a la gente de la cafetería. Y la amistad empezó a hacer aguas. Homero se sentó en otra mesa refunfuñando de Virgilio, llamándolo heterodoxo, terrorista literario y otras lindezas que Virgilio se tomó a broma. Y la amistad se esfumó por este desacuerdo tonto por culpa de unas opiniones sobre la literatura. Y es que el horóscopo no funciona nunca. Encontronazo hubo (todavía les escocía la cabeza a los dos) pero no hubo amistad ni la podía haber con un señor que renegaba de las más altas letras que consiguió el idioma en una novela transcendental del género humano. Homero no pasaba por ahí, por ese insulto a las letras patrias. Y Virgilio volvió a su soledad y Homero a la suya. Y escribieron y escribieron y dieron clases y cuando se veían, se saludaban, pero nada más. Solo al saludo se podía llegar con aquel que denostaba al castellano y a Cervantes.

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