Hay una señora que desgasta sus viejos zapatones por las aceras de nadie. Yo me veré solo. El graznido de las urracas presagian calamidades. El agua no quiere este suelo que pisamos. No se acerca nunca a los pies. Olvidando tesoros que fabricamos de niño, vivimos la época que nos tocó. Las cucarachas hacen una fiesta rave en la cocina y las pelusas las acompañan divertidamente. Es poco lo que obtenemos del sueño de la niñez. Solo sabemos que somos hombres o mujeres, privilegiados o arrinconados, sobrios o borrachos. Así va la vida, como quien no quiere la cosa. Sal a la calle y pégate un tiro, saldrás en las noticias de una vez. En la cocina hay suciedad que tengo que limpiar esta tarde. Mira cómo pasa el gordo vendedor de cupones quejándose de que no vende.
La torva imagen de lo que somos
dice lo que querríamos haber sido.
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