Hoy hay viento. Viento como el de las películas, que suena, que parece que va a pasar algo. También está como nublado y tenso, solo falta una camisa tendida en lo alto de un edificio para adornar una mañana misteriosa, ininteligible y hosca. La mañana avanza y su enigma también. Mi manera de ver las cosas es un poco neurótica, estoy lleno de visiones absurdas que nunca se cumplen. Estoy asustado porque yo mismo me fabrico los sustos. Mi enfermedad me provoca pensar que me voy a caer o alguien me va a agredir. Es un poco molesto si fueran muy exagerados estos miedos. Por lo menos, sé parar y pensar: esto es absurdo. Y dejar de pensar en ello. Ya digo que la mañana viene brusca como un empujón y ya no escribo más.
Tú vienes de la orilla, donde crece el romero y el tomillo
y vienes a decirme que la vida es sencilla. Ja.
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