Son las 11:30. Hasta la una que vea a mis amigos jubilados, falta hora y media. Escribo aquí algunas cosillas que pueden resultar estéticas en un determinado momento, en un determinado lugar. Puedo ir a dar un paseo pero ya las calles me repelen. El olvido vigila que no sepamos lo que pasó antes para que vuelva a pasar. El olvido es una patria inmunda que no deja reflexionar sobre el pasado ni sobre lo que va a ocurrir. Es una pena que haya gente que quiera cambios para seguir en su brecha mentirosa y ladina. Las mañanas profundizan esta hora también de la mañana y no nos hacen gracia dos mañanas semejantes. Pero lo que no debemos aceptar es que nos manipulen y nos mientan por intereses personales. La deriva del poder a veces es delirante. La historia de los poetas celestiales se acaba hoy lunes a las cinco de la tarde. Pero la historia de los caciques sigue y sigue.
Tú insultas más que nadie. Tú rebajas la dignidad política.
¿Quieres que creamos que son otros los que insultan? Todo vale.
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