La masa gris del cerebro está formada por millones y millones de neuronas y por ellas corren sustancias de las que no sabemos nada todavía. Aún la movida cerebral no ha hecho nada malo. La mañana ya ha surgido de ese fondo tumultuario que son los días que se agolpan uno detrás de otro. La mañana ha sido pródiga en parlamentos, saludos y otras historias que se monta la gente y que salen a la boca y se disparan con el aire pulmonar. La gente, como las mañanas, brotan de esa caverna en tropel que hay en todas las ciudades del mundo. Y salen a la calle y parlan y parlan. La mañana ha surgido como una voz, como un cantar de juglaría muy moderno, muy ajustado a las inclemencias de la vida que llevamos. La mañana quizás no nos haga caso, nos nos tome en serio pero es la mañana la que manda, la que dice quiénes somos, quiénes participamos de ella, quiénes tienen fe y quiénes la han abandonado para siempre.
La mañana, como si fuera una persona,
nos invita a vivir. Vivamos con la mañana en la boca.
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