Me estoy leyendo "El tiempo entre costuras", de María Dueñas. Es una novela muy buena, muy buena. La alta noche llega a la cama donde la pena se estremece de un pequeñísimo dolor o un dolor grande. Las noches son el resumen de los tormentos del día. No baja la luna nunca de su estamento en el cielo. A veces, considerando lo poco que hemos obtenido de la vida contemplando el sueño que tuvimos de ella, nos ponemos tristes, desconcertados. La vida nos ha llevado de aquí allá y no por dónde nosotros pensábamos. Cuando termine este pequeño alegato por el destino humano, me voy a fumar un cigarrillo y beber un par de vasos de agua. Yo vivo bien dentro de lo que cabe, no sé vivir de otra manera. Cuando llegue a viejo, ya veremos cómo lo paso. Vale.
Si se cayera el corazón al agua
no sabríamos decir qué pena lleva dentro.
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