Las aristas de las piedras nos indican que el mundo está hecho muy desigualmente, muy a lo bruto. La esfericidad solo se encuentra en la razón, en las mentes de las personas con capacidad de raciocinio. Los días escupen sus horas tempestuosas, oníricas y largas como cola de dragón. Yo no quiero ser feo, católico y sentimental. Prefiero ser alegre, comunicativo y ocupado. Las cosas van como pueden, no como desea el consumidor de las mismas. Las cosas son eso, cosas que suceden, animan el cotarro, administran sus dosis de cortisol. Pocas gentes brillan en su conducta, pocas gentes son respetuosas con el medio en que viven. Pocas gentes creen que hay que ser discreto, inteligente y sagaz. La vida nos muestra a esas pocas gentes, nos las pone delante, nos acerca a las personas-dioses y nos deja el tiempo necesario para disfrutar de ellas.
Salir a la calle, mostrar nuestro ser, ser valientes en la vida,
hay que recordar que somos únicos y muy poco predecibles
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