Se me quedan las manos un poco frías. No hay mucha gente a mi alrededor. El fuego o el calor solo es mío. Comienza la certeza de mi soledad. Pongamos que hablo de un pueblo. Un pueblo pequeño donde yo nací. Es poco lo que queda ya, ya da igual nacer que morir. Es extraño que la vida haya pasado, que los años me hayan hecho viejo. Es extraño. Pero la corriente de la vida no deja que reposes ese sentimiento. Pronto será verano. Y habrá que andar de aquí para allá, uno no puede quedarse quieto y pensar y sentir y llorar. Los tiempos vienen siempre nuevos, de la mano del que nace. Pronto subiremos un monte para ver al santo. Y a la izquierda de ese camino que lleva a la ermita, queda la fuente de antes. Hoy no es sumiso, el mañana, mucho menos. Andemos, andemos en pos del futuro cercano.
Andar, sufrir, obsesionarse, delirar:
todo a la vez y todo en uno mismo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario