Tomar al alba del brazo, salir a la calle, no temer a nada ni a nadie no lo puede hacer cualquiera. La camisa se ciñe bien al día que nos ha tocado vivir, el cultivo de las letras hace que transmitamos mensajes útiles y verdaderos en forma de novela o poesía o blog o hoja suelta que pinchamos en un corcho en la facultad de Filología de la Complutense. Todo lo escrito queda de alguna manera en la memoria. No debemos dejarnos avasallar por delincuentes, terroristas ni esta morralla que va a venir. Tenemos que rebelarnos contra la barbarie. Salir de paseo con el crepúsculo enrojecido, con el rojerío crepuscular da miedo en esta España de hoy en día. No hay comunistas en todo el mundo y los tiene que haber en España, vaya coñazo de políticos meadores y feos. En fin, la vida se bate en duelo con la noche y sus embelecos ya sí nos va.
Mira qué bonito van haciendo en la foto estos miserables.
Y desaparecerán un día en la historia como canallas.
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