De repente, hay ausencias. Ausencias más o menos encendidas. Y caminamos y caminamos. El camino es el camino, no hay otra. Puede ser camino con pena, pero es camino como todos los caminos. El que dice que es feliz y nada le falta no sabe lo que dice. Se puede ser feliz como un regalo que manda Dios de vez en cuando pero no para siempre. Son los dioses del Olimpo los que siempre están felices o cuentan que estaban felices porque ni un soplo de malestar corría por el Olimpo y una temperatura suave y dulce corría en aquel monte que habitaban los dioses. Puestos a creer, hay que creer en un Dios que bajó a la Tierra y dejó un mensaje: ama a tu prójimo. Me alegra saber que Dios estuvo en la Tierra como un ser humano más. Eso hace a Dios muy humano. Celebramos que Dios nace. Andemos en pos de esa estrella que dice que Dios ha nacido. A lo mejor ese camino sí es bueno, es como caminar más derecho que por los caminos humanos que andamos todo el año.
Hecha de plata, la jarra solo contiene agua para la sed.
Pero no es poco.
No hay comentarios:
Publicar un comentario