Cada montaña ha pasado a ser un canto. Yo me levanto como la luz se levanta, como el mensaje de la mañana se levanta, como las historias que leí antaño se levantan. La semilla se adentra en un aceite que luego hace cáscara o piel de fruta, así me hallo hoy entre las nieblas. Me gustaría desplazarme a la periferia, urdir un viaje lento y dulce hasta la costa. La esperanza retomaría así la vibración de una hora escuchada por Dios, de una hora en carretera, de una hora sin remisión, de una hora loca y sugerente de pensamientos amables. Tú te acercas a mi lado y me das cariño, tú eres santa de alguna manera, tú decides hoy quién soy yo. A ti me dirijo hoy, último día del año, para que me des la alegría que me falta. Es navidad, sé feliz como yo intento serlo.
La carretera está ahí, esperando mi paso, esperando a trazarla.
Dios quiera que la tome, que la coja, que me huyente el mal esa carretera.
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