He ido al Sanuz a tomar un café y croissant. He visto a un grupo de hombres jóvenes que hablaban una mezcla de gallego y caló. Hay de todo en el globo terráqueo. Lo de la permisividad en la educación de los niños es una constante que ya se dio con la generación z. Los padres de estos niños los malcriaron y les dieron de todo. Ahora tienen 40 años y algunos no han sentado todavía la cabeza. Están en Babia, pensando que los cumpleaños y los Reyes todavía deben traerles regalos a una edad en que ya tenían que estar pensando en otras cosas. Se creen que sus hijos son sus rivales porque ahora les regalan a sus hijos digitales muchas más cosas que a ellos. Tienen 40 años y siguen con el síndrome de Peter Pan. Estos suelen decir: los 40 de ahora son los 30 de no sé qué, pero eso no hay quien se lo crea. Es una pena que sigan con ideas infantiles de regalitos y cumples y no espabilen en cosas más importantes. Pero la culpa es de la permisividad y el consentimiento en edades tempranas.
Yo quiero mi regalito.
Tócame un poco el pito.
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