Haz el bien como si tirases oro al mar. Es muy difícil esto. Lo de hacer el bien. Normalmente, nuestro día se pasa sin hacer bien ni mal a los demás. Se pasa anodinamente, se pasan las horas aburridas en casa. Hacer el bien de forma generosa solo se puede hacer si Dios te ha puesto ahí para hacerlo. Pero Dios parece habernos olvidado en esta sociedad donde la moral es pisoteada con fuerza. Es poco lo que podemos hacer porque no nos enseñan en las escuelas a sacrificarnos por los demás sino a competir con ellos. La gente está harta de ver escenas en que un viejo es violentado para robarle dinero o una chica es violada. Lo cuentan los telediarios todos los días. Más bien se trataría de hacer esto: si no haces el bien, por lo menos no hagas mal. Eso sería lo justo. Hacer bien no está destinado a todo el mundo, solo a las personas generosas. Y, cuando se hace el bien, la verdad, debe hacerse como si tiraras oro. Eso es verdad. Procura ser feliz, ya que es navidad.
El perro se rascaba las pulgas de un día y de los anteriores
pues era muy flaco.
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