Dicen que la luz baña las columnas de ese edificio tan solemne, dicen que fue construido en honor a la paz. Yo no he entrado. Todo me lo han contado. En ese edificio hay poetas escribiendo sus poesías y hay dolores apaciguados de antaño. En ese edificio nadie se cansa, nadie llora de desesperación. Todo está calculado para que te sientes y mires al mar de fondo. Es un edificio de altas columnas, quiere imitar la tranquilidad que hay en el Olimpo de los dioses, en el cielo del Dios monoteísta. En ese edificio puedes bailar al son de una música celestial o escribir un verso en una pared que diga algo. O quizás solo quieras descansar de la vida que llevas: en ese edificio te dejarán estar sosegado y contento por días y días.
Una vibración íntima y pequeña nos dice que algo nace:
dejemos nacer al otro, al de al lado y digámosle holaquétal.
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