Había un señor mayor que quería escribir una obra de literatura semejante al Quijote. Pero no acertaba con el tono y la técnica. Hasta que un día escribió 6 páginas memorables, el inicio de una historia. Se contenía de continuarla pero en el fondo sabía que ese germen narrativo sería muy bueno. Así que se puso a escribir todos los días un poco y logró acabar una novela de 1000 páginas que le salió redonda. Pero al acabar cayó en una horrible depresión. Una divorciada que le conocía, de tomar algunos cafés, le fue a visitar pues hacía un tiempo que no lo veía. La divorciada le recomendó un psiquiatra. El psiquiatra le pidió su novela. El psiquiatra leyó la novela y vio que era un filón. Y el señor escritor, ayudado por la divorciada y un agente literario logró también publicar su novela. Se publicaron las dos novelas con distinto título por las misma fechas. Se averiguó quién era el falso novelista. Murió el señor escritor. Su obra empezó a constar en los libros de texto de los estudiantes de literatura.
Orilla, gesto hosco, fealdad de carácter, agria conducta.
estas cosas pasan a veces y las hemos de aguantar.
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