Parece hasta que suena una luz en tu lecho y mi ausencia me duele. Pero no necesito la serenidad de tu carne, no necesito mirarte a los ojos. Estoy en el camino, camino solitario de cien y un días que surge ante mí como un enviado de Dios, como un dolor que apacigua, como el destino fijado. La vida va, la vida a veces cansa, la vida es inhóspita a veces por que no deja descanso. Pero la vida es única como nosotros. ¿Qué diferencia hay entre nosotros y la vida? La vida, lo que llamamos la vida, no es ajena a cada individuo, es la forma que ha escogido el destino para que vivamos. La vida de cada uno de nosotros está también hecho de otros, de los que tenemos al lado y del carnicero, el fontanero y los políticos, por ejemplo.
Aquellos hombres saben de las semillas por el tacto
y saben del fruto de la tierra.
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