Toda alma magnánima consulta a las demás; solo las almas vulgares pasan sin consejos. Como decía mi madre, si preguntas no ignoras, aunque la pregunta quizás no venga a cuento. La gente culta se interesa por muchas cosas de la vida diaria y sobre Dios y sobre otros temas y así, pregunta para saber. Las personas que creen que lo saben todo no requieren a nadie, no saben de nadie ni de nada y al final, no saben nada. Los consejos de un hombre sabio son muy valiosos. Los abogados cobran por una simple consulta al igual que los médicos u otras profesiones. La vida está llena de ignorantes porque para estudiar se necesita algo de curiosidad, algo de interés y la sociedad de hoy no fomenta esa curiosidad.
Frescos naranjales cubiertos de rocío
apremian a gustar de la naturaleza.
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