Hay un gato pequeño, el retrato de la escritora, dos libros y un tiesto con una planta. Eso es lo que hay en la portada de un libro que cuenta los últimos días de una escritora llamada Adelaida. Yo voy alguna vez al pueblo donde, en la biblioteca, vi ese libro. Y lo he leído pero ya no me acuerdo de nada. Aunque tu campo tenga mucho arroz, tú no podrás comer más que un poco al día. Aumentar las cosas, comprar cosas solo vale para llenar tu casa de trastos. Me gustaría, con poderosas lanzas, abatir el Infierno en el mar, matar a los egoístas con pan y agua, evitar codicias en el seno de los que no aman. Las aventuras de la vida no se producen en un barco de madera sino en las cocinas sucias de los pisos que habitan vidas tristes. La pena de aguantar gente sin sentimientos es que estos sentimientos nunca van a brotar.
Deja siempre algún alimento para las ratas
y no enciendas la lámpara por piedad hacia las mariposas.
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